¿Qué presas prefieren los lobos ibéricos?

En esta entrada vamos a comentar un estudio realizado en el año 2009 sobre la preferencia de ungulados silvestres por parte de los lobos en una zona del noroeste de España. El trabajo fue publicado en la revista Wildlife Biology. El «Factor de Impacto» es un indicador bibliométrico usado para medir la calidad de una revista en función del promedio de citas que reciben los artículos publicados en un período de dos años. Actualmente es el indicador más utilizado a nivel mundial en los procesos de evaluación de revistas. En el año 2014  (aún no están disponibles los datos para el año 2016), la revista Wildlife Biology tuvo un «Factor de Impacto» de 0,880. La siguiente tabla muestra la clasificación de la revista en su categoría temática en función de este parámetro en el año 2014 (Journal Citation Reports, 2016).

Categoría de la revista

Total de revistas

Posición de la revista

Cuartil

Ecología

145

116

Q4

Zoología

154

94

Q3

La autora y otros datos del artículo:

Barja, I. (2009). «Prey and prey-age preference by the Iberian wolf Canis lupus signatus in a multiple-prey ecosystem.» Wildlife Biology 15(2): 147-154.

El objetivo de este estudio fue comprobar la hipótesis de que el lobo ibérico es una especie oportunista y para ello, la autora predijo:

  1. que consume las presas más abundantes y las que son más fáciles de adquirir (como por ejemplo, ungulados domésticos, carroña y desperdicios).
  2. que el consumo de presas varía durante todo el año de acuerdo con su vulnerabilidad, así que los lobos tratarán de alimentarse de los individuos y especies más fáciles de capturar
  3. que para una especie oportunista, en un ecosistema con multitud de presas y una elevada disponibilidad de alimento, no debería observarse una especialización alimenticia a lo largo del tiempo.

El estudio se llevó a cabo en el Macizo Central Orensano en Galicia (noroeste de España). El área de estudio se extendió por 120 km2 y forma parte de un continuo mucho mayor de 45 829 km2.

Tanto las preferencias por el tipo de presa como su edad, fueron determinadas por el análisis de excrementos recogidos de forma sistemática cada 45 días desde mayo de 1998 a octubre de 2002. Tanto los pelos de la jarra como los restos de huesos y pezuñas, se usaron para identificar a los mamíferos que constituyeron las presas de los lobos. Los restos de huesos y pezuñas se utilizaron principalmente para establecer su edad, catalogándose como juveniles (< 1 año de edad) o adultos (>1 año).

Para medir la biomasa de las presas ingeridas se utilizó un modelo de regresión lineal derivado de Ruehe y colaboradores (2003).

Por otro lado, se estimó la densidad de ungulados silvestres del área de estudio. El corzo, el ciervo y el jabalí constituyeron el 59,6; 30,2 y 10,2% de todos los ungulados, respectivamente. Las cabras y ovejas fueron mantenidas en un régimen intensivo (700 individuos), mientras que las vacas (Bos taurus) y los caballos (Equus caballus) en un régimen extensivo (86 individuos). Durante todo el año, todos los ungulados, tanto silvestres como domésticos, estuvieron potencialmente disponibles para los lobos.

Para el análisis de los resultados se usó el método Backward, con el fin de investigar los efectos sobre el consumo de ungulados domésticos y silvestres que, de forma simultánea, tuvieron las estaciones y el año. Se agruparon los meses del año en cuatro estaciones: primavera (de abril a junio), verano (de julio a septiembre), otoño (de octubre a diciembre) e invierno (de enero a marzo). El objetivo de este agrupamiento fue analizar la variación estacional. La autora usó el índice de diversidad de Shannon (del inglés Shannon diversity index) para analizar la diversidad estacional y anual de la dieta; el índice de dominancia (del inglés dominance index) para comprobar si alguna presa dominaba la dieta a lo largo de las estaciones y el año; y calculó el índice de elección de Ivlev (del inglés Ivlev´s electivity index) para cuantificar la selección de los lobos hacia los ungulados silvestres y los domésticos.

RESULTADOS

De los 593 excrementos analizados, el 98,5% contuvieron una sola especie de presa y sólo el 1,5%, tuvieron dos. Las especies fueron identificadas en el 87,3% de los excrementos recolectados.

En términos de biomasa, de los tipos de alimento identificados en los excrementos sujetos a análisis: el 87,1% incluyeron corzo, jabalí, ciervo, gamo y muflón; el 11,3% incluyeron cabras y ovejas y el 1,1% perros, gatos, tejones y un pequeño porcentaje (0,5%) de conejos.

Si sólo se tuviesen en cuenta los excrementos en los que las especies pudieron ser identificadas (508 excrementos), los resultados serían los siguientes: los ungulados silvestres constituyeron el 87,1% de la biomasa de todas las presas consumidas, siendo el corzo la más importante con un 38,2% de la biomasa ingerida, seguido del ciervo con un 28,1% y el jabalí con un 10,2%. Otros ungulados silvestres representaron sólo el 1,1% de la biomasa ingerida. El ganado doméstico constituyó el 10,1% de este valor con las ovejas en primer lugar (7,4%) y las cabras en segunda posición (2,7%). Las diferencias en el consumo de las diferentes presas resultó ser estadísticamente significativo.

El índice de elección de Ivlev mostró que tanto el corzo como el jabalí fueron positivamente seleccionados por los lobos, mientras que las cabras/ovejas y las vacas/caballos fueron seleccionados de forma negativa, siendo consumidos menos a menudo de lo que cabría esperar debido a su disponibilidad en el área de estudio. El valor de este índice para el ciervo se sitúo cercano a 0, mostrando así una «no selección». Las diferencias entre las abundancias asignadas a los ungulados silvestres fueron estadísticamente significativas (corzo 59,6%; ciervo 30,2% y jabalí 10,2%).

El corzo fue la presa principal durante todos los años y la consumida más a menudo en todas las estaciones, pero especialmente durante el verano (52% de frecuencia de aparición) y la primavera (26,2%). El consumo del jabalí fue mayor en primavera (37,1%) y otoño (31%) que en verano (19,8) e invierno (12,1%). El mayor consumo de ciervo se dio durante la primavera (37,4%), seguido del otoño (28,1%), el invierno (26,9%) y el verano (7,6%). El consumo de ganado (cabras y ovejas) mostró una variación estacional, con un valor significativamente mayor en primavera (50%) y verano (23,8%) que durante el otoño y el invierno. Teniendo en cuenta tanto a ungulados silvestres como domésticos, la diversidad alimenticia (índice de Shannon) más baja y los valores más altos de dominancia fueron obtenidos en verano. Los valores más altos de diversidad alimenticia y los más bajos de dominancia se correspondieron con el otoño, seguidos de la primavera y el invierno.

El método Backward mostró que hubo una interacción entre las estaciones y los años en relación con el consumo de ungulados domésticos y silvestres.

El análisis de los restos óseos permitió la identificación a nivel de especie en sólo 85 de los 119 excrementos en los que fueron encontrados. En base a esto, el 69,4% contuvo restos óseos de corzo, mientras que el 27% contuvo huesos de jabalí, el 2,4% de cabra/oveja y el 1,2% de ciervo. Los lobos seleccionaron juveniles de las poblaciones de corzo y jabalí: el 74,1% de los corzos y el 82,6% de los jabalís cuya edad fue determinada, fueron juveniles (<1 año).

INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS SEGÚN LA AUTORA

Los lobos estudiados se alimentaron sobre todo de ungulados silvestres, mientras que el ganado y otras presas fueron consumidos de forma ocasional. En el estudio, el grado de consumo de ungulados silvestres y domésticos no dependió de su disponibilidad. La presencia de restos de ganado en los excrementos estuvo relacionada con un comportamiento carroñero, porque no se dieron casos de ataques al ganado durante el tiempo que duró el estudio. Además, en la zona en la que se situó el área de estudio (Parque Natural de Montes do Invernadeiro), los caballos y las vacas se mantuvieron en un régimen extensivo, pero no hubo evidencia de que los lobos depredaran sobre ellos (tanto jóvenes como adultos).

La autora consideró que el escaso consumo de ganado en el área de estudio pudo estar relacionado con la elevada abundancia, riqueza y diversidad de ungulados silvestres. Según sus resultados, defiende que entre los ungulados silvestres, el corzo fue seleccionado de forma positiva por los lobos, siendo consumido más a menudo que lo que su disponibilidad indicaba. Sin embargo, a pesar de sus abundancias, los ungulados domésticos fueron consumidos en raras ocasiones, siendo seleccionados negativamente. La preferencia por el corzo fue mayor en todas las estaciones y años. Esta selección por los adultos de corzo, pudo ser debida a su mayor vulnerabilidad en comparación con otros ungulados silvestres mayores en tamaño.

Por otro lado, el corzo fue la presa principal en todas las estaciones y años, pero el consumo de especies aumentó principalmente en verano, coincidiendo con la etapa de cría, cuando los juveniles son especialmente vulnerables. Los lobos consumieron más jabalís durante la época de reproducción (primavera y otoño).

La selección positiva de los juveniles, tanto de corzo como jabalí, pudo considerarse un comportamiento oportunista, porque los ejemplares de esa edad son más fáciles de capturar que los adultos, debido a su inexperiencia. Los lobos consumieron más jóvenes de jabalí que de corzo durante la época reproductiva. Un lobo solitario o unos pocos lobos no serían capaces de capturar a un jabalí adulto y la tasa de éxito de captura para un jabalí adulto debería ser menor que para un adulto de corzo. La elevada disponibilidad de juveniles de corzo y jabalí en primavera y verano, parece proveer a los lobos de alimento suficiente en una etapa en la que las necesidades energéticas son elevadas (como por ejemplo, durante el período de cría de los lobeznos).

REFERENCIAS

Journal Citation Reports (2016). Consultado el 19 de Marzo de 2016. http://admin-apps.webofknowledge.com/JCR/JCR?RQ=IF_CAT_BOXPLOT&rank=1&journal=WILDLIFE+BIOL

Ruehe, F., I. Buschmann and A. Wameling (2003). «Two models for assessing the prey mass of European ungulates from wolf scats». Acta Theriologica 48: 527–537.

Deja un comentario