Compensaciones económicas por ataques de lobo al ganado en Italia: ¿una herramienta para la conservación?

Boitani y colaboradores (2010) publicaron un artículo en el que analizaban y evaluaban los programas de compensación de daños al ganado en Italia y discutían acerca de su valor a nivel de Conservación.  El trabajo fue publicado en la revista Wildlife Research. El «Factor de Impacto» es un indicador bibliométrico usado para medir la calidad de una revista en función del promedio de citas que reciben los artículos publicados en un período de dos años. Actualmente es el indicador más utilizado a nivel mundial en los procesos de evaluación de revistas. En el año 2014  (aún no están disponibles los datos para el año 2016), la revista Wildlife Research tuvo un «Factor de Impacto» de 1,487. La siguiente tabla muestra la clasificación de la revista en su categoría temática en función de este parámetro en el año 2014 (Journal Citation Reports, 2016).

Categoría de la revista

Total de revistas Posición de la revista Cuartil

Ecología

145 90

Q3

Zoología 154 52

Q2

Los autores y otros datos del artículo:

Boitani, L., P. Ciucci and E. Raganella-Pelliccioni (2010). «Ex-post compensation payments for wolf predation on livestock in Italy: a tool for conservation?» Wildlife Research 37: 10.

En Italia, el lobo se encuentra legalmente protegido desde 1971. Las compensaciones por daños causadas por ellos fueron llevadas a cabo poco tiempo después de esta protección, con procedimientos formalmente financiados por los gobiernos regionales. A medida que el lobo fue recolonizando nuevas áreas de las que había desaparecido durante décadas, los conflictos se fueron extendiendo y se volvieron especialmente intensos en algunas zonas bajas de carácter agrícola, hasta tal punto que las indemnizaciones a los ganaderos aumentaron tanto que se volvieron económicamente insostenibles y políticamente impopulares (Ciucci y Boitani, 2005). La presencia de perros asilvestrados, sobre todo en las regiones del centro y del sur (Boitani y Fabbri, 1983), agravaron aún más el problema a causa de la dificultad de distinguir las depredaciones causadas por perros y lobos (Cozza et al., 1996). Aunque la verdadera proporción de ataques de perros es desconocida tanto a escala regional como nacional, una parte considerable de los fondos de compensación originariamente destinados a la protección del lobo, están siendo utilizados para pagar a los agricultores afectados por los daños causados por perros (Fico et al., 2005). No se han llevado a cabo análisis críticos de los programas de compensación porque han sido diseñados e implementados a lo largo de los últimos 35 años. Cada análisis es prácticamente crítico, sobre todo en relación al actual aumento en el número y distribución de la población de lobos, porque estos cambios podrían no ser compatibles en la actualidad con las premisas y asunciones de los programas de compensación formuladas en un principio. Más recientemente, el conflicto social, generado localmente por el aumento o la persistencia de los costes de compensación, ha forzado su reducción drástica (Toscana) o incluso su eliminación (Calabria), sin ninguna evaluación formal de sus políticas de compensación previas.

Idealmente, los datos que se necesitan para una evaluación crítica de los esquemas de compensación deberían ser regularmente recogidos y almacenados de forma consistente por todas las autoridades regionales a través de un procedimiento estandarizado; sin embargo, desafortunadamente no hubo datos disponibles de compensación por pérdidas de ganado ocasionadas por los lobos en Italia. En el caso que nos ocupa, en particular, los autores consideraron que esto es crítico antes de que las políticas y los sistemas de compensación sean boicoteados por las partes interesadas o simplemente rechazados de acuerdo a presiones políticas desinformadas.

En base a las anteriores premisas, los autores recopilaron y evaluaron críticamente los costes y estructuras de los esquemas de compensación implementados por cada gobierno regional de Italia durante los años que esos datos estuvieron disponibles a escala nacional (1991-1995). En relación a estos datos y teniendo en cuenta otras evidencias empíricas, el objetivo del estudio fue discutir los puntos fuertes y débiles de las políticas de compensación que han sido aplicadas en Italia durante las décadas pasadas. Desafortunadamente, no hubo datos disponibles de años más recientes, al igual que no existe ningún programa de seguimiento realizado por ninguna organización gubernamental o no gubernamental. Sin embargo, creyeron que los patrones detectados fueron informativos de los escollos potenciales de la política de compensación en Italia en los tiempos recientes. De hecho, con la excepción de algunas regiones, y a pesar de la expansión de la población de lobos y los profundos cambios en la economía y las prácticas ganaderas, no se han dado grandes cambios en los esquemas y políticas de compensación en Italia en los pasados 15 años.

Para la realización del estudio, comenzaron por los archivos oficiales de cada administración regional, recogieron y acumularon los costes de compensación que fueron pagados por las pérdidas de ganado ocasionadas por los lobos en el período 1991-1995 por cada uno de los 10 gobiernos regionales que implementaron sus leyes de compensación durante esos años. Distinguieron dos niveles de compensación por cada depredación verificada: la cantidad total reclamada por los propietarios de ganado en su aplicación y la cantidad reembolsada por el gobierno regional de acuerdo con las provisiones de la ley regional. Compararon estadísticamente las diferencias regionales de la media anual de los costes de compensación y la partida de la distribución anual de los costes desde una distribución uniforme, ambos desde una escala nacional y regional. Del mismo modo, mediante análisis estadístico, testaron la correlación entre la compensación media anual por región y el tamaño de cada una de ellas, al igual que con la estima de la abundancia de lobos por región. De manera adicional, contrastaron la distribución regional de los costes de compensación con la extensión regional de la distribución de lobos en Italia. En el país, aparte de las estimas de números de lobos a escala local y restringida a lo largo de su distribución (Ciucci and Boitani, 1998), nunca se han realizado estimas poblacionales a nivel nacional. Por lo tanto, debido a que las estimas del número de lobos por región fueron demasiado gruesas a lo largo del espacio y el tiempo para los objetivos marcados, para explorar si los costes de compensación tenían alguna relación lineal con el número de lobos, se determinó el número de lobos en cada región en caso de que esta hipotética relación lineal fuese verdad (por ejemplo, en base a la media de costes anuales por compensación por región, calcularon una estima de 270-380 lobos a nivel nacional entre 1991-1995; Ciucci y Boitani, 1998). Para facilitar la interpretación de los costes de compensación, recogieron y evaluaron subjetivamente los esquemas y políticas de compensación adoptadas por cada gobierno regional, incluidas las medidas y procedimientos más relevantes que regularon las fases críticas de los mismos, desde la verificación del supuesto daño hasta su reembolso. Sin embargo, las esperadas inconsistencias en la implementación de algunas de estas medidas, impidieron modelar de un modo formal las relaciones entre las causas y los costes de compensación.

RESULTADOS

Durante 1991-1995, la media de los costes reclamados en Italia a causa de los ataques de lobos fue de 1 825 440 € (±169 760) por año. Durante este mismo período, se pagó una media de 1 566 070 € (±116 000) por año. En general, las compensaciones pagadas por los gobiernos regionales representaron el 86% de las presuntas pérdidas, con un rango que varió del 26 al 100%.

Los autores estimaron una media anual de costes de compensación en Italia de 5150 € (±750) por lobo y año. Sin embargo, las pérdidas declaradas (por ejemplo, la percepción de los daños de los ganaderos) arrojaron una media de 6050 € (±1250) por lobo y año.

La media anual de los costes de compensación varió marcadamente entre regiones, con un amplio rango que osciló de 2500 € (en la región de Liguria) a 727 000 € (región de Lazio). La compensación total de los costes durante este período de 5 años estuvo uniformemente distribuida tanto a escala nacional como dentro de cada región.

La media anual de los costes de compensación por región no se correlacionó con el tamaño estimado de la distribución de los lobos en cada región, y parte de los costes nacionales totales fueron independientes del tamaño estimado de esta distribución. Bajo la hipótesis de que los costes estuvieron relacionados con el número de lobos, los autores estimaron que las diferencias en las densidades de lobos a escala regional (n = 9) fue del 94%, con un rango de 0,15 a 2,5 lobos por 100 km2.

Se observó una gran variación en las medidas y procedimientos de los programas de compensación que se adoptaron en las 10 regiones. Aunque la calidad y la cantidad de los datos no permitieron un análisis formal, es probable que la inconsistencia de las siguientes medidas haya introducido diferencias significativas en los costes regionales:

  1. Los cánidos para los que la compensación fue prevista: sólo algunas regiones asignaron daños de forma separada a lobos y perros, con procedimientos de compensación separados y daños por perros pagados del 0 al 100%
  2. El lapso de tiempo transcurrido en verificar los supuestos daños por el personal de la agencia (de ≤24 h a varios días) y la prueba condicional de un ataque por parte de un depredador (de unas señales claras de depredación en el cadáver a una simple declaración del ganadero)
  3. El valor compensado, que oscila del 60% al 100% del precio de mercado, o más bajo en el caso de que todos los fondos no estuvieran disponibles
  4. Las medidas y el alcance de la condicionalidad para un pago total; sólo algunas regiones exigieron que los ganaderos adoptasen métodos de prevención para la compensación
  5. La eficiencia del procedimiento de pago, con sólo unas pocas regiones estableciendo un tiempo máximo desde que se reclama hasta que se paga (que osciló desde 30 días a >2 años, cuando se especificó).

INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS SEGÚN LOS AUTORES

El coste anual de los programas de compensación por depredaciones de lobos en el presente estudio en Italia fue de los más elevados de todos los países europeos durante el período 1991-1995 (Boitani, 2000).

Las cifras absolutas de los costes de compensación pagados en Italia pueden aparecer como una preocupación económica para el público y, a menudo se utilizan para debilitar el apoyo público a los programas de conservación, especialmente en tiempos de confrontación política con campañas de propaganda en los medios a nivel local. Sin embargo, aunque los costes de compensación en Italia se encuentran entre los más elevados de los países de Europa, resultan en su mayoría irrelevantes en comparación con las economías nacionales o regionales. Por ejemplo, la compensación anual que se paga en Italia por el conjunto de pérdidas de ganado provocadas por todos los depredadores, de media, es lo que cuesta la construcción de 100 m de una nueva autopista (http://www.regione. toscana.it/regione/export/RT/sito-RT/Contenuti/notiziari/ rassegna_stampa/quotidiani_periodici/visualisza_asset.html_ 892643657.html). Por otro lado, la compensación pagada a los propietarios por las pérdidas resultantes de la depredación del lobo fue mucho menor que lo que se pagó a los agricultores que sufrieron daños en los cultivos a causa del jabalí. Sin embargo, los daños ocasionados por el jabalí, una especie de gran valor cinegético, no cuentan con una oposición tan exacerbada por parte del público y de los agricultores como en el caso de los daños causados por los lobos al ganado (Boitani, 2003).

Desde una perspectiva más amplia, las grandes diferencias entre los costes de compensación a lo largo de Europa (Boitani, 2000) no parecen tener ninguna relación con el estado de las poblaciones de lobo. Los costes más bajos de compensación no son necesariamente un reflejo de una mejor política de gestión de la especie, un conflicto lobo-ganado más bajo y/o densidades de lobo más bajas. Los costes de compensación no parecen estar relacionados con el número de lobos en cada país (Boitani, 2000) y es difícil encontrar una evidencia de, o especular sobre, una correlación con variables ecológicas o socio-económicas. Además, la misma diversidad en el diseño e implementación de los programas de compensación que los autores detectaron a lo largo de las regiones italianas, también se observaron en otros países europeos, por lo que las comparaciones entre áreas resultaron difíciles de interpretar.

Costes de compensación y densidades de lobos

A menudo, los costes de compensación en Italia son percibidos por los administradores como un índice directo del número de lobos, y cuando se incrementan, las presiones para el control de lobos son más difíciles de manejar. La aproximación indirecta realizada por los autores indica claramente que es muy improbable que con los costes de compensación en Italia soporten alguna correlación directa con el número de lobos a gran escala. De hecho, no encontraron ninguna explicación significativa para la gran variabilidad en las densidades de lobos postuladas a lo largo de las regiones (de acuerdo con los costes de compensación regionales); la diferencia de 17 veces en la densidad de lobos, por ejemplo, entre las regiones de Campania y Lazio, situadas de forma adyacente en los Apeninos centrales – sur , con una distribución continúa de lobos en condiciones similares, no encaja de ninguna manera con causas ecológicas o de gestión.

Además, si la hipotética correlación entre los costes de compensación y la densidad de lobos fuese cierta, sería necesario postular fluctuaciones extremas en las densidades de lobos a escala regional en base a años, con dos o tres subidas en las regiones de Abruzzo (1994-1995) y Marcas (1991-1992), respectivamente, y 6 descensos en la región de Liguria (1994-1995). Estas variaciones aparecen más allá de la capacidad biológica del lobo y no tienen explicación razonable considerando una variación de las condiciones ecológicas locales, el número de animales, métodos de cría y el número de lobos matados ilegalmente.

Muchas otras fuentes de variación pudieron afectar a los costes de compensación. Los factores relacionados con la ecología de depredación del lobo y la ganadería apuntan a ser los más relevantes e incluyen: disponibilidad de presas silvestres, densidad y accesibilidad del ganado (vallados, perros guardianes, pastores, patrones estacionales de trashumancia), tipo de ganado (especies, raza, edad, condición), tipo de hábitat y topografía de las adjudicaciones para el pastoreo. Desafortunadamente, la mayoría de la información no está disponible a nivel nacional o regional y, en particular, los censos oficiales de cabezas de ganado son poco fiables, los propietarios del ganado están codificados por unidades administrativas y no por adjudicaciones para el pastoreo y no hay información disponible sobre el tipo de ganadería (en establos, en régimen de libertad…). Cada uno de estos factores tiene un patrón de distribución espacial y temporal independiente y su interacción en el paisaje altamente intercalado de Italia no puede ser predicha.

Otras fuentes de variación incluyeron todos los factores relacionados con las medidas y procedimientos de los esquemas de compensación regionales, incluyendo la proporción de las pérdidas compensadas, el procedimiento de verificación de daños, la disponibilidad de fondos y las políticas de los gobiernos locales. La ausencia de un estándar en los procedimientos adoptados por las agencias regionales para verificar los daños alegados es un problema común, y afecta de forma importante a la variabilidad de los costes de compensación a lo largo de las regiones. Por ejemplo, un mayor tiempo entre la depredación y su verificación conlleva una mayor proporción de certificaciones erróneas y aumenta sobremanera las reclamaciones falsas (como por ejemplo en la región de Lazio). Además, un porcentaje desconocido de los costes de compensación son debidos a daños causados por perros, pero son errónea o falsemente atribuidos a los lobos, una distinción difícil de hacer a pesar de ser requerida por algunos programas regionales.

Por lo tanto, los autores sugieren que los costes de compensación no pueden ser utilizados localmente como un índice del número de lobos o su tendencia, ni tampoco para comparar los conflictos lobo-ganado entre diferentes regiones. A pesar de que la interacción entre los factores relacionados con los episodios de depredación y la implementación de los programas de compensación es compleja y puede cambiar dramáticamente a lo largo del tiempo, es de importancia crítica para cuantificar los datos sobre el impacto real o percibido de los lobos sobre las economías rurales y monitorizar los costes de compensación a lo largo del tiempo. Por ejemplo, aunque los costes de compensación nunca han sido cuantificados en Italia hasta el momento, sus cifras percibidas han sido a menudo usadas en debates políticos como argumento contra la conservación del lobo.

Programas de compensación como herramienta de conservación 

Es muy difícil obtener datos experimentales robustos sobre la efectividad de los programas de compensación en la reducción de muertes ilegales de carnívoros. Las razones pueden ser contempladas a tres niveles.

  1. Los autores creen que las razones y las formas de matar ilegalmente a los lobos son en gran medida independientes de los derechos de los agricultores para recibir la compensación por las pérdidas. Aunque en Italia, y a lo largo de la mayoría de Europa, los programas de compensación son generalmente aceptados por el público, esa visión no es necesariamente compartida por muchos ganaderos y pastores que prefieren recurrir al control del lobo. Para ellos, la aceptación de los programas de compensación es un modo de legitimar la protección de la especie; debido a que los ganaderos y pastores se oponen a la presencia del lobo, también se oponen a los programas que apoyan la gestión del lobo. Especialmente, en zonas donde las prácticas ganaderas desarrolladas durante las últimas décadas en ausencia de depredadores silvestres, la recuperación del lobo y su aceptación imponen en la actualidad mayores costes y trabajos, como atender al ganado, usar perros guardianes y otros métodos de prevención, y guardar el ganado durante la noche. Con unas pocas excepciones, estos costes, al igual que los costes indirectos de los ataques (animales heridos, abortos, pérdidas de condición), no están contemplados en los esquemas tradicionales de compensación. Además, los costes de transacción y los lapsos de tiempo imponen una mayor carga de trabajo a los ganaderos.
  2. Cada programa de compensación tiene limitaciones obvias si se considera la única o la principal herramienta disponible para hacer frente a los conflictos ganado-carnívoros. Los viejos pastores del centro y el sur de Italia todavía usan prácticas ganaderas tradicionales y métodos de prevención efectivos (perros guardianes del ganado, asistencia al ganado mientras pasta), y están contentos de aceptar las compensaciones por las pérdidas. Sin embargo, después de la recuperación del lobo y la expansión de su área de distribución en las décadas sucesivas, sobre todo en el norte de Italia, se detectaron de forma evidente las limitaciones de los programas de compensación como único medio para mitigar los conflictos. Las nuevas generaciones de ganaderos han abandonado la ganadería tradicional a favor de unas prácticas económicamente más convenientes, como dejar libres a las vacas y los caballos, y no están dispuestos a retomar las viejas prácticas (Tropini, 2005). A pesar de estos cambios obvios, las autoridades nacionales y los gobiernos regionales italianos todavía adoptan programas de compensación como si fueran la única herramienta disponible para hacer frente los conflictos lobo-ganadero y garantizar la protección del lobo.
  3. Para ser efectivos, los programas de compensación deberían ser apoyados a fondo por un sistema eficaz de ejecución, y se debería aplicar de forma coherente, un procedimiento fiable para comprobar los daños alegados.

Los autores concluyen su artículo indicando que su análisis sugiere que los programas de compensación de las pérdidas de ganado por los lobos en Italia son actualmente un fraude con muchos problemas y, a pesar de los altos costos, no parecen cumplir con su objetivo original de aumentar la aceptación del lobo por los propietarios del ganado.

REFERENCIAS

Boitani, L. (2000). “Action Plan for the European Wolves”. Nature and Environment (Strasbourg, France) 113: 1 –86.

Boitani, L., and M. L. Fabbri (1983). “Censimento dei cani in Italia con particolare riguardo al fenómeno del randagismo”. Ricerche Biologia della Selvaggina 73: 1 –42.

Boitani, L. (2003). Wolf conservation and recovery. In “Wolves. Behaviour, Ecology and Conservation”. (Eds L. D. Mech and L. Boitani.) pp. 317–340. (University of Chicago Press: Chicago, IL.)

Ciucci, P., and L. Boitani (1998). “Il lupo. Elementi di biologia, gestione, ricerca”. Documenti Tecnici dell’Istituto Nazionale per la Fauna Selvatica 23. INFS, Bologna, Italy.

Ciucci, P., and L. Boitani (2005). ”Wolf-livestock conflict in Italy: knowledge, research and conservation”. Biologia e Conservazione della Fauna (INFS, Bologna) 115: 26-51.

Cozza, K., R. Fico, M. L. Battistini, and E. Rogers (1996). “The damage conservation interface illustrated by predation on domestic livestock in central Italy”. Biological Conservation 78: 329–336.

Journal Citation Reports (2016). Consultado el 26 de Mayo de 2016. https://jcr.incites.thomsonreuters.com/JCRJournalProfileAction.action?pg=JRNLPROF&journalImpactFactor=1.487&year=2014&journalTitle=WILDLIFE%20RESEARCH&edition=SCIE&journal=WILDLIFE%20RES

Tropini, A. (2005). “The impact of predators on livestock in the province of Cuneo (Italy)”. Biologia e Conservazione della Fauna (INFS, Bologna) 115: 102–115.

Depredación del lobo sobre ungulados silvestres y ganado en el centro de Irán

Hace unos años se investigó la dieta del lobo en una región del centro-oeste de Irán. El estudio se publicó en la revista Journal of Zoology en el año 2013. El «Factor de Impacto» es un indicador bibliométrico usado para medir la calidad de una revista en función del promedio de citas que reciben los artículos publicados en un período de dos años. Actualmente es el indicador más utilizado a nivel mundial en los procesos de evaluación de revistas. En el año 2014  (aún no están disponibles los datos para el año 2016), la revista Journal of Zoology tuvo un «Factor de Impacto» de 1,883. La siguiente tabla muestra la clasificación de la revista en su categoría temática en función de este parámetro en el año 2014 (Journal Citation Reports, 2016).

Categoría de la revista

Total de revistas Posición de la revista Cuartil
Zoología 154 37

Q1

Los autores y otros datos del artículo:

Hosseini-Zavarei, F., M. S. Farhadinia, M. Beheshti-Zavareh and A. Abdoli (2013). «Predation by grey wolf on wild ungulates and livestock in central Iran.» Journal of Zoology 290 (2): 127-134.

El objetivo del estudio fue investigar la ecología trófica del lobo en relación con los ungulados domésticos y silvestres en un ambiente árido del centro de Irán con elevada densidad poblacional así como su interacción con el hombre.

El área de estudio se localizó en el Parque Nacional de Ghamishlou, en el noroeste de Isfahan (Irán), dentro de una zona de 300 km2. Ghamishlou es una de las principales regiones para la oveja silvestre Esfahan (Ovis orientalis) (del inglés Esfahan wild sheep) y la gacela persa (Gazella subgutturosa) y también para un pequeño número de cabras silvestres persas (Capra aegagrus) (Hosseini-Zavari et al., 2010). El área de estudio estuvo rodeada principalmente por 10 asentamientos humanos, entre los que se incluyeron pueblos y aldeas, cada uno de ellos con sus vertederos particulares. Cada año, alrededor de 13000 cabezas de ganado (65% ovejas y el resto cabras) en 30 rebaños, principalmente de las comunidades de alrededor, se dejan comiendo dentro de sus pastos tradicionales con distintos límites establecidos en el Refugio para la Vida Salvaje (del inglés Wildlife Refuge) por un período de 100 días en invierno (de enero a marzo), sin permiso para entrar en el Parque Nacional. Normalmente pasan el día pastando en el campo en compañía de perros pastores (de un tamaño similar al de un lobo adulto), pero retornan a sus corrales durante la noche.

Para la identificación de las presas de las que se alimentaron los lobos, se empleó el análisis de los restos contenidos en sus excrementos. Para ello, se recogieron 132 a lo largo de sendas, caminos y rendezvous sites (n = 4). Durante la época de pastos en invierno, evitaron recogerlos fuera del Parque Nacional donde los rebaños de ganado estuvieron acompañados de perros (ni los rebaños ni los perros tuvieron permiso para entrar al Parque), con el fin de minimizar las posibilidades de recolectar excrementos de perros. En cambio, durante la época de pastos, nunca se observó a ningún perro en Ghamishlou durante los trabajos de campo, mientras que los lobos se observaron 18 veces (Hosseini-Zavarei et al., 2011). Mientras tanto, desde que los pastores alimentaron a sus perros normalmente con comida sin carne (una mezcla de harina y leche), sus excrementos fueron fácilmente identificables. Los autores creyeron que, basados en estas consideraciones, la probabilidad de que los excrementos fuesen de lobo fue elevada. La importancia de cada tipo de alimento consumido por los lobos fue determinada mediante la frecuencia (FO) y el porcentaje de aparición (Klare et al., 2011). También se empleó un método para convertir las frecuencias de aparición en términos de biomasa relativa (Floyd et al., 1978).

También se examinaron los cadáveres que se encontraron con frecuencia a lo largo de transectos o mediante el seguimiento de rapaces o aves carroñeras. En unas pocas ocasiones, se observaron las capturas directamente, por lo que los cadáveres pudieron ser fácilmente identificados. También se preguntó a los guardas de caza acerca de las víctimas de los lobos que pudieran haber encontrado a lo largo de las patrullas diarias contra el furtivismo que se realizaron en diferentes partes de Ghamishlou. Se localizaron 79 cadáveres, de los que se determinó el sexo y la edad. Con el fin de evaluar las diferencias entre sexos de los ungulados abatidos, se usaron los datos disponibles basados en el total de transectos a lo largo de las sendas ya existentes. Para calcular estas diferencias se usó un test chi-cuadrado. Los autores advirtieron que pudieron infravalorar las especies de carácter más montano debido a que sus esfuerzos de campo se centraron en planicies abiertas. La selectividad de los lobos hacia un tipo de presa y hacia un sexo en particular se midió mediante el índice de selectividad de Ivlev (del inglés Ivlev’s electivity index) (modificado por Jacobs, 1974). Los rangos de este índice se encuentran entre -1 (selección negativa) y +1 (selección positiva).

Para medir la percepción de los propietarios del ganado hacia el conflicto lobo-ganado y su actitud general hacia la conservación, se realizó un cuestionario semi-estructurado con los pastores locales. Los pastores dentro de los mismos pastos fueron entrevistados 2 años consecutivos, a finales de marzo de 2008 (n = 17) y 2009 (n = 15), antes del fin de la época de pastos en el área. Sin embargo, preguntaron a distintos pastores durante los 2 años. Se preguntó a uno representativo de cada casa acerca de las pérdidas de ganado (especie, número y año) y sobre los depredadores que mataron a esos animales. En algunos casos, se contrastó de forma cruzada la respuesta de los entrevistados mediante entrevista a varias personas que cuidaron del ganado en los pastos. Se recogieron dos tipos de pérdidas no relacionadas con la depredación durante el tiempo que duró el estudio: ejemplares que no siguieron al rebaño en su regreso al corral, se quedaron en el pasto y murieron (los pastores se dieron cuenta en su conteo regular) y ejemplares que murieron por varias causas, incluida enfermedad. También se les preguntó a los entrevistados acerca del valor prevaleciente de mercado de cada tipo de ganado. Finalmente, se les preguntó a los pastores que valorasen su actitud hacia los lobos en una escala de “muy a favor” (traducido del inglés “strongly like”), “un poco a favor” (“slightly like”), “indiferente” (“indifferent”), “un poco en contra” (“slightly dislike”) y “muy en contra” (“strongly dislike”).

RESULTADOS

Se identificaron un total de 235 restos de siete tipos de alimento en los excrementos de lobo, siendo los ungulados silvestres y domésticos los más frecuentes. No se pudieron identificar roedores, aves e insectos a nivel de especie. En el 25,75% de los excrementos (n= 34) se detectaron varias especies, en su mayoría dos tipos (n = 31), seguidos de 3 (n = 2) y 4 (n = 1).

Un total de 135 restos de alimento (57,87%) pertenecieron a mamíferos de tamaño medio, sin diferencias significativas en la contribución de ungulados silvestres y domésticos a la dieta de los lobos. La investigación indicó que el principal alimento de los lobos en Ghamishlou fue el ganado (FO = 45% y consumo de biomasa = 47,1%), seguido de la gacela (FO = 31%), la oveja silvestre (FO = 17%) y las aves (FO = 16%). Sin embargo, en total, los ungulados silvestres constituyeron el 52,1% del total de la biomasa consumida. En base a la conversión de biomasa al número de individuos consumidos, las tres especies de bóvidos silvestres juntos fueron consumidos más a menudo en comparación con los animales domésticos. Mientras tanto, la materia vegetal se encontró en los restos presentes en los excrementos en 65 ocasiones (FO = 49%), de la que se identificaron semillas (sandía, uva y girasol) en 8 ocasiones. La presencia de cuerdas de plástico, fibra y papel indicó que los lobos comieron algunas veces sobre basura y desperdicios.

Se identificaron un total de 79 muertes provocadas por los lobos que afectaron a tres especies de bóvidos. Los animales jóvenes (ejemplares de menos de 1 año) constituyeron sólo un 3,8% de los bóvidos abatidos, mientras que los machos comprendieron el 53,16% (corderos excluidos) y las hembras el 24,05% de los casos investigados. Las gacelas persas matadas por los lobos fueron casi siempre machos, mientras que en el caso de las ovejas silvestres mataron casi igual número de machos como de hembras. Dado que la proporción de sexos en ambas especies estuvo ligeramente sesgada hacia las hembras, la proporción de sexos de las muertes sugirió de una manera severa que los machos de ambas especies fueron seleccionados por los lobos. Considerando sólo la muerte de los adultos, el índice de selectividad de Ivlev fue positivo para los machos de todos los bóvidos, mientras que, a excepción de las hembras de gacela, fue negativa para las hembras. Este hecho significó que los lobos depredaron mayoritariamente sobre los machos y que prefirieron los de oveja silvestre, seguidos de los de gacela persa. Ya que no se registraron hembras de cabras silvestres, estás tuvieron el mayor valor de evasión de todas las presas.

A pesar de los esfuerzos de campo, distribuidos a lo largo del período de estudio, el 86% de los machos adultos de gacela y el 58% de los machos adultos de oveja silvestre fueron cazados de forma significativa durante un período de 4 meses (de noviembre a febrero).

El tamaño medio de los rebaños se vio reducido de forma significativa de 391 en 2007 a 257 en 2009, lo que obligó a los pastores a vender sus animales debido a la escasez de pastos provocada por la sequía. Los rebaños estuvieron protegidos por una media de 8,9 (SE = 0,9) y 5,9 (SE = 0,5) perros guardianes durante dos años consecutivos, respectivamente. El 60% de los pastores entrevistados experimentaron un ataque de lobo. Se detallaron 61 muertes de ovejas/cabras en 2007 (un 0,9% del total) y 28 en 2008 (un 0,7% del total). Salvo por unos pocos casos de lobadas (>10 animales domésticos muertos por ataque), los lobos mataron una media de 1,7 (SE = 0,2) animales domésticos por ataque. Casi el 10% de las depredaciones tuvieron lugar en corrales nocturnos, el resto en los pastos. A su vez, los pastores perdieron un total de 106 animales a causa de enfermedades. Por lo tanto, estos factores causaron a los pastores unas pérdidas de entre 1,4% (2007) y 3,8% (2008) de sus rebaños en combinación con los ataques de los lobos y otras causas.

Todos los entrevistados creyeron que los lobos fueron el enemigo más importante de su ganado. Más del 85% de las actitudes de los pastores correspondieron a la categoría “en contra” y “muy en contra”, en particular a esta última.

INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS SEGÚN LOS AUTORES

Según los autores, el estudio reveló que los lobos de Ghamishlou se alimentaron sobre todo de ungulados silvestres y domésticos. Sin embargo, aunque los ungulados silvestres fueron abundantes, el ganado se consumió a un ritmo más elevado. Mientras tanto, a pesar del cuidado para evitar la confusión entre los excrementos de lobo y perro, siempre pudo darse la posibilidad de que una parte de ellos perteneciese a perros que en ocasiones se alimentaron de carroña, lo que pudo conllevar una sobrestimación de la proporción de ganado doméstico en la dieta de los lobos.

Las gacelas y las ovejas silvestres constituyeron la mayoría de las presas de ungulados silvestres junto con unas pocas cabras silvestres persas. Según los autores, esto reflejó su disponibilidad para los lobos en Ghamishlou, tanto en términos de abundancia como de hábitat.

En los casos en los que el sexo fue determinado, los machos fueron seleccionados sobre las hembras en comparación con su disponibilidad proporcional en la población. A pesar de los continuos esfuerzos de campo realizados por los autores a lo largo de todos los meses, detectaron que la mayoría de los machos adultos fueron depredados por los lobos entre la época de celo (noviembre) y el fin del invierno (febrero), lo que apuntó que la inversión de energía en la reproducción (sobre todo en el mantenimiento del territorio y los harenes) predispuso a los machos a una mayor susceptibilidad a la depredación o a una muerte después de esta época con su consecuente carroñeo.

Ghamishlou posee una de las mayores poblaciones en términos de densidad de ungulados silvestres en Irán, pero una considerable proporción de la dieta de los lobos se basó en el ganado. El número medio de ganado depredado que afectó a cada pastor cada invierno nunca excedió el 1% de tamaño medio del rebaño. Cada episodio de depredación causó una pérdida de unos 4 730 000 Rial (US$ 472) por pastor durante las dos épocas de pastos en Ghamishlou. En contraste, perdió casi 28 112 000 Rial (US$ 2810) debido a pérdidas no relacionadas con la depredación. Además, otros factores causaron casi seis veces más pérdidas de ganado que las procedentes de la depredación de los lobos en Ghamishlou durante dos inviernos.

La elevada proporción de ganado en los excrementos de lobos pudo reflejar tanto carroñeo como depredación, especialmente debido a que las enfermedades fueron un factor importante de mortalidad en los rebaños locales. Los autores observaron que los excrementos con materia vegetal y con restos de basura también contuvieron ganado, lo que sugirió que el alimento pudo ser obtenido como carroña en los vertederos (Fritts y Mech, 1981) o alrededor de las fincas, que en su mayoría se situaron en zonas marginales. Además, la proporción de esta depredación no asociada a los lobos se tiene en cuenta debido a los animales depositados en los pastos, de los que se espera que se alimenten los lobos más tarde. Los pastores entrevistados nunca declararon este tipo de mortalidad cuando se les preguntó acerca de los casos de depredación por parte de los lobos. Según los autores, sería razonable considerar este fenómeno como depredación indirecta que contribuyó al aumento de la proporción de ganado en la dieta de los lobos del área de estudio. A pesar de ello, nunca excedió el 1% del tamaño medio del rebaño en ambos años.

En Ghamishlou, la media de cabezas de ganado muertas por ataque en 2 años fue de 1,7. Este hecho pudo ser debido a que los lobos no tuvieron tiempo suficiente para matar más animales durante el ataque a causa de la oposición presentada por los perros y los hombres, especialmente por los perros guardianes, que jugaron un papel fundamental en la prevención de lobadas.

Los autores apuntaron que su investigación a pesar de que indicó que el análisis de excrementos es una técnica fiable para el estudio de la dieta, el método no puede distinguir entre presas que han sido abatidas y las que se han consumido como carroña (Liu y Jiang, 2003).

Finalmente, recomendaron que los pastores deberían evitar abandonar a sus animales domésticos como carroña cerca de sus pastos principales, porque la eliminación inadecuada de los cadáveres podría atraer a los lobos a carroñear y favorecer el aumento de la depredación hacia el ganado (Mech, 2000). Además, los rebaños parecieron estar debidamente vigilados por los pastores y los perros; sin embargo, se debería tener más cuidado de no dejar atrás animales en los desplazamientos ya que podría propiciar que los lobos atacasen al ganado. Mejorar los programas de cuidado del ganado, como por ejemplo con un soporte veterinario, podría disminuir las pérdidas económicas debidas a factores no relacionados con la depredación, en especial las enfermedades. La educación y la sensibilización (Meriggi y Lovari, 1996) y un sistema de compensación para el ganado podrían promover una actitud positiva y la tolerancia hacia los lobos.

REFERENCIAS

Fritts, S. H. and L. D. Mech (1981). “Dynamics, movement and feeding ecology of a newly protected wolf population in Northwestern Minnesota”. Wildl. Monogr. 80, 3–79.

Floyd T. J., D. L. Mech and P. A. Jordan (1978). “Relating wolf scat content to prey consumed”. Journal of Wildlife Management 42: 528–532.

Hosseini-Zavarei, F., M.S. Farhadinia, M.R. Hemami, M. Karami, R. Daniali and M. Omidi (2010). “Sex-age structure of bovids in Ghamishlou, Central Iran”. Zool. Middle East 51, 3–8.

Hosseini-Zavarei, F., M.S. Farhadinia, A. Abdoli, M. Beheshti, M. Zavareh and A. Sadeghi (2011). “Group size variation of grey wolf (Canis lupus) in Ghamishlou Wildlife Refuge and National Park, Esfahan”. J. Nat. Environ. Iran. J. Nat. Resour. 64, 313–323.

Jacobs J. (1974). “Quantitative measurement of food selection”. Oecologia 14: 413–417.

Journal Citation Reports (2016). Consultado el 13 de Mayo de 2016. https://jcr.incites.thomsonreuters.com/JCRJournalProfileAction.action?pg=JRNLPROF&journalImpactFactor=1.883&year=2014&journalTitle=JOURNAL%20OF%20ZOOLOGY&edition=SCIE&journal=J%20ZOOL

Klare, U., J. F. Kamler and D.W. Macdonald (2011). “A comparison and critique of different scat-analysis methods for determining carnivore diet”. Mamm. Rev. 41, 294–312.

Liu, B. W. and Z.G. Jiang, (2003). “Diet composition of wolves Canis lupus in the northeastern Qinghai-Tibet Plateau, China”. Acta Therio 48, 255–263.

Mech, L.D. (2000). “Leadership in wolf, Canis lupus, packs”. Can. Field Nat. 114, 259–263.

Meriggi, A. and  S. Lovari (1996). “A review of wolf predation in southern Europe: does the wolf prefer wild prey to livestock?”. J. Appl. Ecol. 33, 1561–1571

¿Comer o no comer? La dieta del lobo ibérico (Canis lupus signatus) en un paisaje humanizado en el centro de Portugal

En este estudio se analizó la dieta de los lobos en un paisaje humanizado del centro de Portugal. Se publicó el pasado año (2015) en la revista PLoS ONE. El «Factor de Impacto» es un indicador bibliométrico usado para medir la calidad de una revista en función del promedio de citas que reciben los artículos publicados en un período de dos años. Actualmente es el indicador más utilizado a nivel mundial en los procesos de evaluación de revistas. En el año 2014  (aún no están disponibles los datos para el año 2016), la revista PLoS ONE tuvo un «Factor de Impacto» de 3,234. La siguiente tabla muestra la clasificación de la revista en su categoría temática en función de este parámetro en el año 2014 (Journal Citation Reports, 2016).

Categoría de la revista

Total de revistas Posición de la revista Cuartil
Ciencias multidisciplinares 57 9

Q1

Los autores y otros datos del artículo:

Torres, R. T., N. Silva, G. Brotas and C. Fonseca (2015). «To eat or not to eat? The diet of the endangered Iberian Wolf (Canis lupus signatus) in a human-dominated landscape in Central Portugal.» PLoS ONE 10(6): 1-12.

El objetivo de este estudio fue mejorar el conocimiento acerca del uso de los recursos por parte del lobo ibérico (Canis lupus signatus) en un paisaje predominantemente humanizado. Para ello, analizaron su dieta en una zona del centro de Portugal desde el año 2011 al 2014. Entre otras cuestiones, los autores intentaron resolver las siguientes:

1) ¿el ganado constituyó la parte principal de la dieta del lobo ibérico? y

2) ¿el lobo ibérico mostró alguna selección hacia algún tipo de ganado?

Debido a que la densidad de ganado fue elevada y los ungulados silvestres no fueron abundantes en el área de estudio, los autores plantearon la hipótesis de que los lobos del sur del río Duero se alimentarían principalmente de ganado.

El estudio se realizó en el centro-oeste de Portugal, en dos zonas de la Red Natura 2000, en un área de 750 km2. El jabalí fue el único ungulado silvestre de la zona, mientras que los ungulados domésticos fueron cabras (Capra hircus), ovejas (Ovis aries), caballos (Equus ferus caballus) y vacas. En la zona de estudio, la agricultura y la ganadería constituyeron la principal forma de subsistencia. Predominó la ganadería extensiva de vacas autóctonas y pequeños rumiantes, con un uso amplio de terrenos baldíos. El ganado pastó bajo un sistema tradicional de pastoreo. Los rebaños de ovejas, cabras y vacas se extendieron por las montañas en zonas sin cercar. Los rebaños de ovejas, en general, pastaron juntos con la presencia de un pastor y/o perros guardianes. Las cabras tendieron a dispersarse a lo largo de las montañas, a veces con la presencia de un pastor y/o perros guardianes. Las vacas pastaron solas debido a que los pastores siempre han tenido la costumbre de dejar a estos animales libres durante todo el año. Todas las especies de ganado del área de estudio pasaron la noche en los graneros. En la región en la que se situó la manada Arada, el ganado estuvo formado por un 60% de ovejas, un 27% de cabras y un 13% de vacas; en el área de la manada Montemuro, el ganado estuvo formado por un 54% de ovejas, un 31% de cabras y un 15% de vacas y en la zona de la manada Cinfăes, por un 50% de ovejas, un 24% de cabras y un 26% de vacas. Estas cifras se basaron en el censo nacional de agricultura (INE, 2011). La población humana se distribuyó a lo largo de los valles, en pequeños pueblos con una densidad de unos 43 habitantes/km2.

El área de estudio incluyó una extensión ocupada por 3 manadas de las 6 confirmadas en Portugal al sur de río Duero. Como ya se ha comentado, los nombres de estas tres manadas fueron: Arada, Montemuro y Cinfăes. Para el estudio de su alimentación, se recogieron excrementos de forma sistemática entre octubre de 2011 y abril del 2014, sobre una base mensual de transectos predefinidos. Fueron recogidos por personal experimentado y entrenado en el campo. A lo largo del área de estudio, se distribuyeron un total de 47 transectos, que fueron prospectados cada mes y que tuvieron una longitud en conjunto de 130,4 km (el más pequeño 0,6 km y el más largo 7,4). Además, se recogieron excrementos de forma oportunista a lo largo de los trayectos entre transectos. La localización de cada excremento fue registrada mediante GPS. Para evitar errores en la asignación de los excrementos, se analizaron genéticamente y el 4% de las muestras se eliminaron por pertenecer a perros domésticos.

Gracias al análisis de los restos contenidos en los excrementos, se pudo determinar la composición de la dieta. Se expresó como frecuencia de aparición (relación entre el número de excrementos en el que se encontró un tipo de alimento y el número total de excrementos analizados). Mediante un método de regresión (Floyd et al., 1978) se calculó la biomasa de las presas consumidas. Se calculó la amplitud de nicho trófico (Levins, 1968) cuyo rango varía de 0 (fuerte especialización hacia un grupo de presas) a 1 (depredación oportunista sobre todos los grupos de presas). Se determinó el grado de solapamiento en la dieta de las tres manadas mediante el solapamiento de nicho trófico de Pianka (del inglés Pianka´s dietary niche overlap) (Pianka, 1973) que va de 0 (ningún recurso usado en común) a 1 (solapamiento completo). Para asignar la selección de los lobos hacia una especie de ganado doméstico, se calculó el índice de selección de Ivlev (del inglés Ivlev´s electivity index) (modificado por Jacobs, 1974) que tiene un rango entre -1 (evasión total de una especie) a 0 (no selección o selección proporcional a su presencia) a 1 (selección positiva máxima).

La estructura de la comunidad ganadera en las áreas ocupadas por las tres manadas fue estimada mediante el uso de los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE, 2011). El índice de selección de Ivlev no pudo ser estimado para el jabalí porque no hubo datos disponibles de los inventarios cinegéticos oficiales para el área de estudio.

RESULTADOS

De octubre de 2011 a abril de 2014, se recogieron un total de 295 presuntos excrementos de lobo en el área de estudio: 126 pertenecieron a la manada Arada, 54 a la manada Montemuro y 115 a la Cinfães. La composición de la dieta de las tres manadas no fue diversa; se identificaron un total de 5 tipos de presas (cabras, ovejas, vacas, jabalís y lagomorfos). En relación a la frecuencia de aparición en los excrementos, las cabras fueron la presa más consumida (69,05% en la manada Arada, 16,67% en la manada Montemuro y un 64,35% en la manada Cinfães), seguido de las vacas (21,43% en la manada Arada, 16,67% en la manada Montemuro y 22,61% en la manada Cinfães) y las ovejas (3,96% en la manada Arada, 27,78% en la manada Montemuro y 8,71% en la manada Cinfães). En cuanto a las presas silvestres, el jabalí fue el más consumido (5,56% en la manada Arada, 3,70% en la manada Montemuro y 3,48% en la manada Cinfães), seguido de los lagomorfos (1% solo en la manada Cinfães). Sin embargo, cuando se consideró el porcentaje de biomasa consumida, las vacas se convirtieron en la principal presa consumida (56,34%), seguido de las cabras (32,12%) y las ovejas (8,19%). En conjunto, los ungulados domésticos constituyeron la parte dominante de la dieta (94,45% en la manada Arada, 96,3% en la manada Montemuro y 95,67% en la manada Cinfães) y los ungulados silvestres sólo una pequeña parte (5,56% en la manada Arada, 3,70% en la manada Montemuro y 4,34% en la manada Cinfães).

La anchura de nicho trófico fue estrecha para las tres manadas, indicando una especialización por parte de los lobos hacia un tipo de presa: el ganado. El valor de este parámetro fue mayor en la manada Montemuro (B = 0,56) y similar para la manada Arada (B = 0,3) y Cinfães (B = 0,28).

El solapamiento en la dieta entre las tres manadas fue muy alto 0,915 entre la manada Arada y Montemuro, 0,996 entre la manada Arada y Cinfães y 0,941 entre la manada Montemuro y Cinfães; la media fue 0,931.

El índice de selección de Ivlev mostró que las cabras fueron seleccionadas positivamente en todas las manadas (Arada: D=0,71; Montemuro: D=0,41; Cinfães: D=0,71), siendo consumidas en mayor grado a pesar de su disponibilidad, lo que se pudo atribuir a una preferencia o una mayor accesibilidad, las vacas fueron seleccionadas positivamente por la manada Arada (E=0,3) y Montemuro (E =0,11) pero negativamente por la manada Cinfães (E =-0,14) y las ovejas fueron seleccionadas negativamente por todas las manadas (Arada: E= −0,5; Montemuro: E= −0,5; Cinfães: E= −0,82), siendo consumidas menos de lo que cabría esperar a pesar de su disponibilidad en el área de estudio.

INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS SEGÚN LOS AUTORES

Según los autores, el estudio confirmó que los ungulados domésticos fueron la presa principal de los lobos en el centro de Portugal. Sin embargo, hasta entonces, ningún estudio había aportado una preferencia tan extrema hacia los animales domésticos, con el ganado constituyendo más del 90% de la dieta de la especie. Este hecho es uno de los motivos del enraizado conflicto entre depredadores y hombres en el área de estudio, que puede poner en peligro la conservación del lobo ibérico, lo que últimamente se ha traducido en algunas extinciones locales. Una de las razones que podría explicar por qué el ganado constituyó la mayoría de la dieta del lobo fue la baja diversidad (y densidad) de ungulados silvestres. La principal especie de ungulado silvestre del área de estudio fue el jabalí y así quedó reflejado en los resultados. La ausencia de una comunidad diversa de ungulados silvestres en la zona podría obligar a los lobos a alimentarse del único disponible. Cuando hay diversidad, riqueza y abundancia elevada de ungulados silvestres, la depredación sobre el ganado suele ser baja (Meriggi y Lovari, 1996). El otro factor que pudo explicar los elevados niveles de depredación de ganado estuvo relacionado con las prácticas ganaderas. El ganado, en general, pastó libremente en las montañas en gran número, representando una presa predecible y fácil de matar que no presenta la gran mayoría de tácticas anti-depredador. Los lobos son depredadores oportunistas y están bien adaptados a alimentarse sobre el ganado cuando abunda, tal y como lo han hecho durante siglos en los paisajes humanizados del sur de Europa.

En todas las manadas estudiadas, y en base a la frecuencia de aparición, la dieta de los lobos estuvo integrada en primer lugar por cabras y esta presa fue seleccionada positivamente por todas las manadas. Esto pudo deberse a la presencia de grandes rebaños de cabras (un pueblo del área de estudio tuvo más de 1000 cabras en un solo rebaño) y su tendencia a extenderse por toda la montaña las pudo convertir en presas accesibles. Sorprendentemente, las ovejas fueron menos consumidas de lo esperado. Los rebaños de cabras se extendieron por zonas amplias y se alimentaron en pendientes remotas y escarpadas, favoreciendo la depredación de los lobos, al contrario que las ovejas que pastaron juntas, con pastores y perros guardianes en zonas más accesibles. Además, los lobos suelen preferir zonas más inaccesibles, lugares con menos molestias, de este modo pudieron solapar sus territorios con el de las cabras, de modo que la depredación sobre ellas debió ser más elevada en la mayoría de las partes escarpadas y remotas del área de estudio. Los resultados del estudio mostraron que a pesar de que el ganado constituyó la mayor parte de la dieta de los lobos, diferentes especies representaron oportunidades distintas de depredación para ellos. Comparando las tres especies domésticas de la zona de estudio, las vacas fueron las menos consumidas y hasta evitadas por la manada Cinfães. De entre todos los tipos de ganado, las vacas fueron las más valiosas de la comunidad rural, y los pastores intentaron prevenir los ataques manteniéndolas cercanas a los pueblos o pastoreándolas. Por otro lado, las vacas son presas grandes y más difíciles de matar y los lobos tratan de evitar el peligro de salir heridos si tienen otra alternativa. Los transectos distribuidos de forma aleatoria por el área de estudio hicieron creer a los autores que los resultados fueron representativos de la dieta de las tres manadas estudiadas y creyeron improbable que tuvieran sesgo. Mencionaron que el análisis de los excrementos solo reveló que los lobos comieron y no necesariamente tuvo que corresponder a lo que mataron, el carroñeo sobre animales muertos también pudo darse. De hecho, un inconveniente de los análisis de excrementos es que no dan detalles específicos sobre la depredación. Sin embargo, los resultados indicaron una fuerte preferencia hacia el ganado, y en el área de estudio el ganado no suele dejarse en las montañas para carroñeo, así que pensaron que no hay razones para creer que el ganado observado en la dieta no reflejó depredación.

Según los autores, los resultados mostraron que los lobos de Portugal dependen en gran parte del ganado. Aunque los lobos sacan provecho de la disponibilidad de alimento proporcionada por la proximidad del ser humano, pagan un alto precio al sufrir una significativa mortalidad no natural. Además, en las últimas décadas, hubo un gran éxodo rural, con muchos pueblos abandonados en numerosas regiones de Portugal, con el consecuente descenso de las densidades de ganado. Con esta disminución del principal alimento de los lobos, y sin presas silvestres disponibles, los lobos podrían desaparecer de estas regiones. La escasez de presas silvestres y los conflictos con los hombres pueden provocar algunas extinciones locales. Los lobos que viven en estas condiciones están en un balance precario. La restauración de los ungulados silvestres podría llevar tiempo; mientras tanto el ganado desciende el algunas regiones de Portugal y no teniendo poblaciones abundantes de presas silvestres, los lobos podrían desaparecer de estas áreas. Así que, la solución a corto plazo no debería estar centrada sólo en la reintroducción de presas silvestres sino que se necesitan otras medidas de gestión. A pesar de que existe alguna controversia en cuanto a la efectividad de las medidas de compensación de pérdidas de ganado por los lobos, esos programas pueden ser útiles como medidas a corto plazo para mitigar los conflictos entre lobos y hombres. Los autores creen que es urgente un cambio en la actitud hacia los lobos y la educación ambiental es una herramienta importante para que sean aceptados. Por lo tanto, las estrategias para equilibrar la protección del lobo con las preocupaciones humanas son cruciales. Según todo lo relatado, es obvio que una única solución no es la respuesta y que se deben buscar las apropiadas para cada caso específico. Los autores también creen que es fundamental una nueva cultura de pastoreo del ganado, incluyendo una mayor inversión en perros guardianes como recurso primordial en la prevención de ataques al ganado. Los lobos suelen evitar las zonas con perros guardianes, ya que los perros pueden interrumpir su secuencia depredadora, forzando una agresión directa o indirecta. En Portugal, se han entregado algunos perros guardianes nativos a pastores del norte y el centro de Portugal. Aunque no se han tenido en cuenta algunos factores, los resultados en cuanto a la reducción de los ataques parecen ser bastante prometedores.

Los autores terminaron diciendo que la conservación de las poblaciones del lobo ibérico representa una prioridad en Portugal, donde la subespecie está en peligro. Las estrategias orientadas a equilibrar la conservación del lobo con las preocupaciones humanas son cruciales para una restauración exitosa y su consecuente manejo.

REFERENCIAS

Floyd T. J., D. L. Mech and Jordan P. A. (1978). “Relating wolf scat content to prey consumed”. Journal of Wildlife Management 42: 528–532.

INE (2011). Recenseamento Agrícola 2009—Análise dos principiais resultados. Instituto Nacional de Estatística, I.P. Lisboa.

Jacobs J. (1974). “Quantitative measurement of food selection”. Oecologia 14: 413–417.

Journal Citation Reports (2016). Consultado el 8 de Mayo de 2016. http://admin-apps.webofknowledge.com/JCR/JCR?RQ=IF_CAT_BOXPLOT&rank=1&journal=PLOS+ONE

Levins R. (1968). “Evolution in changing environments: some theoretical explorations”. Princeton University Press.

Meriggi A. and Lovari S. (1996). “A review of wolf predation in southern Europe: does the wolf prefer wild prey tolivestock?”. J Appl Ecol 15: 61–1571.

Pianka E. R. (1973). “The structure of lizard communities”. Annu Rev Ecol Syst: 53–74.

Depredación del lobo sobre animales domésticos en los Cárpatos polacos

En un estudio realizado entre 1994 y 2004 sobre 4 manadas de lobos en el este de los Cárpatos polacos, se intentó identificar los factores implicados en la distribución y la intensidad de la depredación sobre animales domésticos. El trabajo fue publicado en la revista The Journal of Wildlife Management. El «Factor de Impacto» es un indicador bibliométrico usado para medir la calidad de una revista en función del promedio de citas que reciben los artículos publicados en un período de dos años. Actualmente es el indicador más utilizado a nivel mundial en los procesos de evaluación de revistas. En el año 2014  (aún no están disponibles los datos para el año 2016), la revista The Journal of Wildlife Management tuvo un «Factor de Impacto» de 1,726. La siguiente tabla muestra la clasificación de la revista en su categoría temática en función de este parámetro en el año 2014 (Journal Citation Reports, 2016).

Categoría de la revista

Total de revistas

Posición de la revista

Cuartil

Ecología

145

76

Q3

Zoología

154

41

Q2

Los autores y otros datos del artículo:

Gula, R. (2008). «Wolf depredation on domestic animals in the Polish Carpathian Mountains.» Journal of Wildlife Management 72(1): 283-289.

Desde 1998, las denuncias en Polonia de ataques a animales domésticos por parte del lobo fueron registradas y verificadas por parte de las autoridades dentro de un programa de compensación de daños. El estudio comenzó en el año 2000 e incluyó los datos registrados en la parte este de los Cárpatos polacos entre 1998 y 2004. Los datos hicieron referencia a la distribución de los lobos en la región y detalló la ecología de 4 manadas. El autor combinó estos dos conjuntos de datos para identificar los factores determinantes en la distribución e intensidad de los ataques a los animales domésticos. Su hipótesis fue que la densidad y la distribución del ganado, el número de ungulados silvestres y las prácticas ganaderas tendrían un impacto en la frecuencia de ataques de los lobos al ganado. El objetivo de su estudio fue proporcionar los datos necesarios para prevenir estos episodios y las medidas de gestión de los lobos más adecuadas en las regiones agro-ganaderas.

El área de estudio abarcó 3 regiones de la Provincia Podkarpackie: Beskid Niski, Bieszczady, y las estribaciones Przemyśl-Dynów. Esta región albergó aproximadamente entre 150 y 230 lobos, protegidos legalmente desde 1998 (Gula, 2007). Los ungulados silvestres más comunes en la región fueron el ciervo rojo (Cervus elaphus) y el corzo (Capreolus capreolus). La densidad de ciervo rojo varió de 1,8 a 6 individuos/km2 y fue generalmente mayor en las montañas y más baja en las estribaciones. En cambio, el corzo fue más abundante en las tierras altas (≤4,5 individuos/km2) y bastantes escaso en las elevaciones de mayor altitud (sólo 0,2 individuos/km2). El jabalí (Sus scrofa) fue el menos numeroso y su densidad varió de 0,18 a 0,84 individuos/km2.

El estudio fue parte de un proyecto más amplio centrado en la ecología de los lobos y su relación con el hombre. Se creó en el 2000 y fue desarrollado por el Museo e Instituto de Zoología, la Academia Polaca de las Ciencias y el Proyecto Lobo Bieszczady (a partir de ahora PLB).

Merece la pena detallar brevemente los pasos que se llevaron a cabo para realizar el estudio.

  1. Monitorización de los episodios de depredación

Se obtuvieron los datos de ataques de lobo de 1998 y 1999 de los archivos de la Oficina Provincial de Conservación, la agencia local del gobierno responsable de la evaluación de daños a la propiedad privada por la fauna salvaje legalmente protegida. En los registros se incluyeron el nombre del propietario, la fecha y el número de animales muertos o heridos. Del año 2000 al 2002, el personal del PLB acompañó a los encargados de realizar los registros de los años anteriores. A partir de entonces, se anotó la localización, fecha, tiempo, número de animales muertos o heridos e información sobre las fincas de ovejas y las prácticas ganaderas: tamaño del rebaño, medidas de protección contra los lobos y localización de los pastos.

En 2003, el gobierno local transfirió la responsabilidad de la evaluación de los ataques de la Oficina Provincial de Conservación a la Guardería del Estado. Desde entonces, los biólogos del PLB evaluaron sólo los casos que se dieron dentro de los territorios de las 4 manadas que fueron estudiadas. La Guardería recogió los datos referentes a otros casos y se los transfirió al personal del PLB. Ellos reunieron la misma información que en 2000-2002.

  1. Valoración de la distribución de los lobos

Las estimas de la distribución se basaron en un censo de huellas sobre la nieve realizado en 2003. En febrero de ese mismo año, se registraron huellas por parte de 320 observadores en un conjunto de transectos a pie y en vehículos. La gran cantidad de observadores permitió examinar la provincia entera en un día. La longitud total de los transectos fue de 3236 km y se anotaron huellas de 291 lobos o manadas. Se mapearon las huellas y se estimó el territorio de los lobos a través de una densidad de distribución kernel del 95% (Worton, 1989).

  1. Evaluación de la dieta de los lobos

Se evaluó la dieta de los lobos a través del análisis de excrementos. El personal del PLB los recogió dentro de los territorios de las 4 manadas monitorizadas, durante el invierno que se realizó el censo de huellas. También se recolectaron gracias a otros métodos de estudio, como por ejemplo radiotelemetría. Una vez identificados los restos de las presas, se calculó la frecuencia de aparición de cada una de ellas en los excrementos (Ciucci et al., 1996).

  1. Monitorización de las 4 manadas

El estudio detallado se basó en 4 manadas llamadas Paniszczew, Stebnik, Łodyna y Piątkowa. Se evaluó el territorio de Stebnik y Piątkowa mediante el mínimo polígono convexo trazado sobre localizaciones telemétricas a lo largo de varios años de 2 ejemplares provistos de radio-collares  (Theuerkauf et al., 2007). Se obtuvieron 9800 localizaciones y se descubrieron los cubiles de las manadas radiomarcadas por la búsqueda en áreas de centros de actividad de verano de los animales marcados.

Los territorios de Paniszczew y Łodyna también se obtuvieron mediante el mínimo polígono convexo pero en este caso, trazado por las rutas de los lobos marcadas en la nieve y que fueron estudiadas los inviernos del 2000 al 2004 (Paniszczew) y 2002-2004 (Łodyna). Se hallaron los cubiles de la manada Łodyna en 2003 y 2004 y los lugares de reunión (rendezvous sites) de la manada Paniszczew en 2002 y 2003.

Se estimó el tamaño de manada anual como el máximo número de individuos observados directamente o registrados sobre una pista durante el seguimiento de huellas sobre la nieve. Se obtuvo la distribución de los rebaños de ovejas dentro de los territorios y su proximidad mediante inventarios de campo. Se digitalizó su localización en el campo mediante GPS. Se recogieron los datos sobre el tamaño de los rebaños y prácticas ganaderas mediante entrevistas a los propietarios.

  1. Análisis

Se trazaron las zonas de probabilidad kernel al 95 y al 75% de la distribución para todas las depredaciones atribuibles a los lobos durante 1998-2004. Entonces se usaron los siguientes parámetros relacionados con el hábitat para describir cada una de las zonas kernel y el territorio de los lobos: 1) porcentaje de bosque, 2) índice de fragmentación del bosque, 3) densidad humana, 4) densidad de fincas de ovejas y 5) densidad de ovejas.

Gracias a un análisis de regresión lineal se pudo determinar las tendencias anuales en la depredación. Se usó un regresión linear múltiple escalonada (del inglés multiple step-wise linear regression) para determinar la relación potencial entre el número de ungulados y las tasas de depredación, para evaluar los factores que influyeron en las tasas de depredación por las manadas, y los factores que determinaron la exposición de unas determinadas fincas a la depredación.

RESULTADOS

Los lobos se alimentaron sobre todo de ungulados silvestres. La frecuencia de aparición del ciervo, corzo y jabalí en los restos de excrementos fue del 83,2% (n=719), mientras que la frecuencia de aparición del ganado y las mascotas fue sólo del 7,8%. Los perros (4,5%) fueron los animales domésticos más frecuentes que se encontraron en los excrementos, seguidos en orden decreciente de las ovejas (1,1%), vacas (0,8%), gatos (0,7%) y caballos (0,4%). El ganado pastó en el campo desde mayo a octubre y, durante este período, la frecuencia de aparición de los ungulados en los excrementos fue similar a su frecuencia anual (83,5%, n = 194). Sin embargo, en ese mismo período, el ganado y las mascotas se encontraron cercanos al doble (14,4%) que durante el resto del año. Los perros (8,8%) fueron las especies domésticas que más frecuentemente se encontraron en los excrementos durante la época de pastos, seguidos en orden decreciente por las ovejas (2,1%), vacas (1,5%), caballos (1,0%) y gatos (1,0%).

Los ataques relatados en el programa de compensación concernieron sobre toda ovejas (84,4%). Los ataques a cabras fueron los segundos más comunes (6,9%) debido a las denuncias de los ganaderos que a menudo guardaron las cabras con los grandes rebaños de ovejas y que fueron atacadas al mismo tiempo que las ovejas. Los ataques a ganado de mayor tamaño (como caballos o vacas) fueron esporádicos (5,1%), con la excepción del 2004, cuando los lobos atacaron a vacas en 13 ocasiones, matando a 11 e hiriendo a 6. Los informes de lobos matando perros se limitaron a 2001-2003 cuando las pérdidas de perros achacadas a los lobos fueron compensadas por la Administración del Estado. Otro caso fue registrado en 2004 pero no fue cubierto por el programa de compensación de daños.

Una regresión lineal simple analizada para un período de 7 años indicó una tendencia positiva en el número de ataques a las fincas de ovejas. El número de fincas afectadas también aumentó. La variación anual en cuanto al número de ataques de lobo a las fincas de ovejas estuvo negativamente relacionada con el número de ciervos estimado anualmente por el personal forestal.

El territorio estimado para los lobos en el área de Beskid Niski, Bieszczady, y las estribaciones Przemyśl-Dynów abarcó 4993 km2. La depredación de los lobos sobre las ovejas estuvo distribuida (95% kernel) sobre 1595 km2 en 4 áreas. Los ataques estuvieron concentrados (75% kernel) en 4 zonas que cubrieron 589 km2. La cantidad de cobertura de bosque fue similar en las 3 áreas (58,3%, 59,7% y 62%). Sin embargo, el índice de fragmentación del bosque fue mayor en el territorio de los lobos (97) y menor en el área donde se concentró la depredación (73), mientras que el rango de depredación se situó entre esos 2 valores. La zona donde se dieron los ataques a las ovejas estuvo un 50% menos poblada que en todo el territorio de los lobos (27,2 vs. 48,2 personas/km2). En esa zona hubo 47 fincas de ovejas por 1000 km2 y 21 ovejas por 10 km2, el doble del valor registrado en el resto del territorio de los lobos (23 fincas/1000 km2 y 10 ovejas/10 km2). Las áreas con mayores tasas de depredación sobre las ovejas tuvieron una densidad humana similar a todo el territorio de los lobos (28,2/100 km2 vs. 27,2/100 km2) pero casi del doble de fincas de ovejas (72/1000 km2 vs. 47/1000 km2) y ovejas (39/10 km2 vs. 21/10 km2).

Los lobos atacaron a las ovejas durante la época de pastos, que normalmente empezó en mayo y terminó en octubre-noviembre. Las condiciones climatológicas de algunos años alentaron a los ganaderos a dejar a las ovejas en los pastos en abril y prolongar esta época hasta finales de noviembre e incluso hasta principios de diciembre. Un número limitado de ataque se dieron en enero-marzo (n = 6) y finales de diciembre (n = 8) cuando los ganaderos dejaron a las ovejas fuera de sus establos durante los períodos sin nieve o tiempo cálido. El número de ataques aumentó de abril a septiembre con la excepción de junio, cuando fue menor que en mayo. Los lobos atacaron a las ovejas con más frecuencia.

Los territorios de las 4 manadas estudiadas a lo largo de los años variaron de 88 a 224 km2. Las manadas estuvieron integradas por 2-7 individuos con una densidad media de 4,6 lobos/100 km2 (SD = 2,1). La mejor explicación al número de ataques a ovejas por las manadas en un año concreto fue la densidad de fincas en el territorio de las manadas.

Solo hubo una finca con >10 ovejas dentro del territorio de la manada Piątkowa, y los lobos nunca mataron una oveja en esa área. Además, esta manada nunca atacó a una vaca, incluso a pesar de haber ejemplares sin guardar pastando cerca de los pueblos situados dentro del territorio de la manada.

Hubo 10 fincas de ovejas en el territorio de la manada Łodyna. Estas fincas albergaron una media de 528 ovejas anuales. El número de episodios de depredación por esta manada aumentó continuamente de 2 casos en el 2001 a 8 en el 2004, pero el número de lobos observado en invierno descendió de 6 en 2003 a 4 en 2004. Además, esta manada no atacó a las vacas, a pesar de su relativa abundancia dentro de su territorio.

Los mayores incidentes relacionados con ataques al ganado tuvieron lugar en el territorio de la manada Stebnik, que incluyeron a 13 fincas de ovejas. En 2003, el número de ataques aumentó de 7 a 27 casos, y se mantuvo elevada (31 casos) en 2004. En 2003, esta manada atacó a potros en 3 ocasiones; en 2004 lo hizo con caballos 2 veces y con vacas en 5. El llamativo incremento en los ataques estuvo asociado con el aumento del tamaño de la manada de 5 a 7 individuos.

El territorio de la manada Paniszczew fue el cubierto más densamente de bosque e incluyó a 3 fincas ovinas, las cuales fueron atacadas sólo esporádicamente. La manada atacó a los caballos sólo una vez y nunca lo hizo a las vacas, a pesar de que virtualmente 2 grupos de caballos y vacas deambularon en la parte sur del territorio de la manada.

El número de ataques perpetrados por los lobos a fincas concretas situadas en los territorios de los 4 manadas monitorizadas fue 4 (SD = 6,87, rango = 0 – 32). Sólo 7 de las 27 fincas no experimentaron depredación durante 4 años. 16 fincas registraron <5 casos y las 4 restantes >10 casos. La mejor explicación al número de ataques registrados en las fincas fue la distancia de éstás a los cubiles y los lugares de reunión de una manada concreta. De las 4 fincas que fueron frecuentemente atacadas, 3 estuvieron situadas en el territorio de la manada Stebnik. La distancia de las fincas a los cubiles de esta manada varió de 2,3 a 4,6 km, pero los pastos de estas 3 fincas estuvieron localizados en el borde de un parche continúo de bosque en el que se localizaron los cubiles de la manada en 2002-2004. Además, los lobos fueron capaces de acceder a las fincas ocultos por el bosque y no tuvieron que cruzar ni carreteras ni pueblos. La finca con el mayor número de ataques (32) no tuvo perros guardianes o pastores; sus ovejas vagaron libremente entre un pequeño recinto situado cerca de la casa del propietario y un pastizal sin cercar situado cerca del bosque, a 3,5 km del cubil de la manada Stebnik. En las otras dos fincas situadas en el territorio de esta manada, los dueños tuvieron perros guardianes y los pastos estuvieron parcialmente cercados. Sin embargo, en ambos casos los perros guardianes no estuvieron entrenados de forma adecuada y la mayor parte del tiempo no estuvieron en los pastos con las ovejas. La cuarta finca con un historial frecuente de depredación estuvo situada en el territorio de la manada Łodyna, a 6,7 km del cubil identificado en 2004. La única medida de protección de la finca fue una cerca de madera de 1,2 m de alto, que fue más efectiva manteniendo a las ovejas dentro del recinto que a los lobos fuera.

INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS SEGÚN EL AUTOR

El autor determinó que los lobos se alimentaron en su mayoría de ungulados silvestres y que los ataques a los animales domésticos fueron esencialmente oportunistas. La totalidad del territorio de los lobos que estudió, cubrió casi 5000 km2, pero en 2003 y 2oo4 sólo la manada Stebnik (5-7 lobos en un territorio de 124 km2) fue la responsable de un tercio de todas las depredaciones. A pesar de ello, el ganado constituyó sólo el 1,2% de la biomasa consumida por esta manada, el resto fueron presas silvestres (Mayer, 2003). Por lo que a pesar de ser frecuentes, incluso la depredación por esta manada no pudo calificarse como una especialización hacia el ganado.

Observó una alta prevalencia de las ovejas entre el ganado atacado por los lobos. Las vacas fueron, sin embargo, 10 veces más numerosas que las ovejas en la Provincia Podkarpackie (Oficina de Estadística en Rzeszów, 2004). Los lobos, por lo tanto, parecieron seleccionar a las ovejas en lugar de seleccionar al ganado de forma aleatoria, probablemente porque las ovejas fueron más fáciles de matar.

Sorprendentemente, los lobos se alimentaron de perros incluso de manera más frecuente que de ovejas, posiblemente debido a que los perros vagaron libremente alrededor de los pueblos durante todo el año, mientras que las ovejas sólo estuvieron fuera durante la época de pastos. Los perros pudieron ser atraídos por las presas de los lobos y matados mientras las carroñeaban. El autor observó perros sueltos cerca de la mayoría de los pueblos del área de estudio.

Según el autor, el aumento de la depredación observado desde 1998 fue paralelo al descenso en la población de ciervo rojo.

Un hecho a destacar fue que aunque las fincas de ovejas se distribuyeron por todo el territorio de los lobos, las depredaciones sólo se dieron en aproximadamente un tercio de esa área. Los lobos, al parecer, atacaron al ganado en áreas con hábitats menos humanizados pero donde hubo, sin embargo, un número sustancial de fincas que, en áreas con elevada depredación, pudieron ser hasta dos veces más comunes que en otras regiones. Los territorios de las 4 manadas incluyeron valles modificados por el hombre y usados para la ganadería. Aunque los lobos se alimentaron sobre todo de ungulados silvestres, el número de depredaciones se correlacionó positivamente con la densidad de fincas, lo que indicó una naturaleza oportunista de los ataques de los lobos hacia los animales domésticos. Los ataques fueron más comunes en fincas que se situaron cerca de los cubiles y los lugares de reunión de las manadas.

IMPLICACIONES DEL ESTUDIO EN LA GESTIÓN DE LA ESPECIE SEGÚN EL AUTOR

Según el autor, para reducir efectivamente la depredación, las acciones de gestión deberían centrarse en primer lugar en las áreas con elevada depredación (600 km2 en el caso del estudio). En estas áreas, las cuotas de captura del ciervo rojo deberían minimizarse hasta que sus densidades se estabilicen. Las prácticas ganaderas de las fincas que sufren casos de depredación crónica deberían establecer ciertas mejoras con medidas preventivas adecuadas como perros guardianes entrenados y cercados eléctricos. Debido a que la depredación por parte de los lobos es oportunista, el programa del estado que promueve la ganadería ovina en áreas ocupadas por los lobos debería ser reconsiderado, especialmente porque las pérdidas de ganado son compensadas por el mismo estado. Estas medidas de gestión deberían ser incluidas en una estrategia de manejo y plan de acción del lobo.

REFERENCIAS

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Mayer, K. (2003). “The food habits of two wolf packs living in Bieszczady Mountains, Poland”. Thesis, University of Getting, Getting, Germany.

Theuerkauf, J., R. Gula, B. Pirga, H. Tsunoda, J. Eggermann, B. Brzezowska, S. Rouys and S. Radler. (2007). “Human impact on wolf activity in the Bieszczady Mountains, SE Poland”. Annales Zoologici Fennici 44:225–231.

Worton, B. J. (1989). “Kernel methods for estimating the utilization distribution in the home-range studies”. Ecology 70:164–168.