¿El lobo malo o el mejor amigo del hombre? Desenmascarando una falsa agresión de lobo a humanos

En esta ocasión el artículo seleccionado se sale de la temática del blog y se centra en uno de los aspectos que aún siguen apareciendo en la prensa sensacionalista. He decidido incluirlo por la repercusión que puede llegar a tener en el muchas veces mencionado “conflicto lobo-hombre”, en especial donde este conflicto ya se encuentra exacerbado por las pérdidas que el cánido pueda ocasionar en la cabaña ganadera. El texto forma parte de un manuscrito aceptado que será publicado en breve en la revista Forensic Science Intenational. En el año 2015 (aún no están disponibles los datos para el año 2016), la revista Forensic Science Intenational tuvo un «Factor de Impacto» de 1,950. La siguiente tabla muestra la clasificación de la revista en su categoría temática en función de este parámetro en el año 2015 (Journal Citation Reports, 2016).

Categoría de la revista

Total de revistas Posición de la revista Cuartil
Medicina 15 5

Q2

Los autores y otros datos del manuscrito:

Caniglia, R., M. Galaverni, M. Delogu and E. Randi (2016). «Big bad wolf or man’s best friend? Unmasking a false wolf aggression on humans». Forensic Science International: Genetics.

En este estudio los autores aplicaron con éxito técnicas moleculares para identificar la especie, el género y el perfil individual de un cánido responsable de una agresión a un hombre, que se produjo en un bosque en el Monte Baducco, en el norte de los Apeninos en Italia. Según el informe, el 27 de junio de 2015, a las 9.30 horas, la víctima estaba recogiendo setas, cuando de repente fue atacado por un lobo que le causó heridas graves en la mayor parte del cuerpo. Fue llevado de urgencia al hospital, donde se le dieron más de 150 puntos de sutura. Según el informe veterinario, el tiempo y la dinámica del ataque fueron anormales para un lobo.

Se extrajeron muestras de ADN de cuatro pelos y tres muestras de saliva, recogidas de la ropa del hombre herido sólo cinco horas después del accidente. Cada muestra de ADN fue amplificada a través de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), secuenciada en 500 pb (pares de bases) de la de la región control del ADN mitocondrial (ADNmt) (diagnóstico para la población de lobos italiana) y genotipada a través de un enfoque de tubos múltiples a los 39 microsatélites autosómicos no ligados (que también diferencian entre lobos, perros y las dos primeras generaciones de híbridos lobos-perro). Se utilizó un marcador del gen Amelogenina para identificar el sexo de las muestras y cuatro microsatélites del cromosoma-Y para identificar los haplotipos paternos (Randi et al., 2014). Ningún animal fue herido ni sacrificado para la realización de este estudio.

Después de la amplificación, análisis y comparación de las muestras, se pudo afirmar sin ambigüedades que la agresión fue realizada por un perro (un macho) y no por un lobo, ni por un híbrido lobo-perro. Más concretamente, la secuencia de ADN mitocondrial coincidió a la perfección (por pares identidad = 100 %) con el haplotipo Hokkaido 108 (número de acceso GenBank D83607.1), descrito previamente en las razas de perros nativos japoneses como Akita, Hokkaido e Iki (Okumura et al., 1996), mientras que los alelos del cromosoma-Y correspondieron al haplotipo YH35, que sólo se encuentran en los perros pastor de Maremma y mestizos (Randi et al., 2014).

De forma coherente, al aumentar el número de grupos (clusters) en el procedimiento de asignación para reagrupar mejor las diferentes razas de perros después de excluir a los lobos, el genotipo autosómico del agresor coincidió con el grupo de perros nórdicos (Alaskan Malamutes, Huskies Siberianos y Samoyedos).

Durante las investigaciones genéticas, posiblemente preocupado por su resultado, la víctima confesó la dinámica real del accidente. Había sido atacado por el perro guardián de un vecino dentro de la propiedad privada del dueño, pero que mintió en un primer momento con el fin de evitar el riesgo de que sacrificaran al perro.

Tal y como se esperaba, el perfil genético del perro, un macho de raza pura Akita Americano (obtenido a partir del análisis de una muestra de pelo fresca recogida por el propietario), coincidió perfectamente con el identificado a partir de las muestras biológicas recogidas después de la agresión. Coherente con los resultados de asignación, esta raza de perro pertenece a un grupo concreto en el que se engloban los Alaskan Malamutes, Huskies Siberianos y Samoyedos (vonHoldt et al., 2010).

Los autores indican que sus resultados confirman que una vez más, se señala erróneamente al gran lobo malo como una amenaza para la seguridad humana y que el temor generalizado a lobos en los países desarrollados rara vez se basa en hechos reales, sino más bien en prejuicios del pasado.

REFERENCIAS

Journal Citation Reports (2016). Consultado el 3 de Julio de 2016. http://sauwok5.fecyt.es/admin-apps/JCR/JCR?RQ=IF_CAT_BOXPLOT&rank=1&journal=FORENSIC+SCI+INT

Okumura N., N. Ishiguro, M. Nakano, A. Matsui and M. Sahara (1996), “Intra and interbreed genetic variations of mitochondrial DNA major non-coding regions in Japanese native dog breeds (Canis familiaris)”. Anim. Genet. 27: 397-405.

Randi E., P. Hulva, E. Fabbri y colaboradores (2014). “Multilocus detection of wolf x dog hybridization in Italy, and guidelines for marker selection”. PLoS One 9.

vonHoldt B.M., J.P. Pollinger, K.E. Lohmueller y colaboradores (2010). “Genome-wide SNP and haplotype analyses reveal a rich history underlying dog domestication”. Nature:898-902.

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