Dieta de los lobos tras su regreso a Hungría

En esta entrada vamos a comentar un trabajo publicado en el año 2012 sobre la dieta de los lobos tras su regreso a Hungría. El trabajo fue publicado en la revista Acta Theriologica. En el año 2015  (aún no están disponibles los datos para el año 2016), la revista Acta Theriologica tuvo un «Factor de Impacto» de 0,944. La siguiente tabla muestra la clasificación de la revista en su categoría temática en función de este parámetro en el año 2015 (Journal Citation Reports, 2016).

Categoría de la revista

Total del revistas Posición de la revista Cuartil
Zoología 160 84

Q3

Los autores y otros datos del artículo:

Lanszki, J., M. Márkus, D. Újváry, A. Szabó and L. Szemethy (2012). «Diet of wolves Canis lupus returning to Hungary.» Acta Theriologica 57 (2): 189-193.

El objetivo del estudio fue examinar la composición y los hábitos alimenticios del lobo después de su retorno a la mitad norte de las montañas de Hungría.

El área de estudio se localizó en el Parque Nacional Aggteleki, en el noreste de Hungría. A lo largo del año, un grupo de caballos vivió en las praderas del Parque Nacional sin supervisión humana. La densidad media de población humana fue de 28 habitantes/km2. En los pueblos se mantuvo una cantidad pequeña de ganado y otros animales de pequeño tamaño (como por ejemplo, aves de corral). La abundancia mínima de ungulados (individu0s/km2, media ± SE) entre los años 2000 y 2005 se estimó utilizando los datos procedentes de los cupos anuales de caza (base oficial de datos de gestión cinegética) de la siguiente manera: ciervo Cervus elaphus 0,61 ± 0,03; corzo Capreolus capreolus 0,24 ± 0,02; jabalí Sus scrofa 1,58 ± 0,13 y muflón Ovis aries 0,04 ± 0,03.

La presencia mínima de lobos en el área de estudio fue confirmada de la siguiente manera: 2000/2001 = un lobo; 2002 = 2 lobos incluyendo un cachorro; 2003 = 2 lobos; 2004 = 4 o 5 lobos incluyendo cachorros y en 2005 se observaron 3 lobos.

La composición de la dieta del lobo se estudió mediante el análisis de excrementos recogidos en los caminos forestales y a lo largo de las pistas de lobo dentro de la zona de estudio por parte de personal capacitado y con experiencia en campo.

Se pesaron todos los restos secos de alimentos y se multiplicaron por coeficientes de digestibilidad descritos para lobos (Jędrzejewska y Jędrzejewski, 1998) con el fin de obtener la estimación del porcentaje de peso fresco (biomasa) de los alimentos consumidos. La amplitud del nicho trófico se calculó como fue descrita por Levins y estandarizada (Krebs, 1989). La preferencia de los lobos por los ungulados se calculó usando el índice de preferencia de Jacobs (1974).

Los datos sobre los restos de presas frescas se recogieron de forma oportunista durante todo el año, siguiendo huellas de los lobos en la nieve y el barro dentro de la zona de estudio. La depredación del lobo fue diferenciada del carroñeo siguiendo los rastros de los ungulados y los lobos, en busca de signos típicos de mordeduras en el cadáver y tomando nota de las partes ingeridas.

Se empleó análisis estadístico para comprobar las diferencias entre estaciones y años en base a 12 categorías de alimento principales mediante un test chi-cuadrado y una ANCOVA.

RESULTADOS  E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS SEGÚN LOS AUTORES

Se identificaron un total de 123 tipos de alimento en 81 excrementos de lobo. Los ungulados silvestres dominaron la dieta siendo menos importantes los animales domésticos, los pequeños mamíferos y otros alimentos.

Ni la distribución de los tipos de alimento ni la biomasa estimada de los alimentos ingeridos difirieron significativamente entre años. Sin embargo, la distribución de los tipos de alimento fue significativamente diferente entre estaciones, pero no se reflejó en la biomasa estimada de alimento ingerido. En las muestras de excrementos de lobo, la mayor proporción de biomasa fue el jabalí reflejando su mayor presencia en la comunidad de ungulados. En general, el consumo de jabalí fue equilibrado entre temporadas y consumido en mayor proporción en años con inviernos más suaves. Los excrementos y el análisis de los restos de presas mostraron al jabalí como la presa secundaria del lobo. Fueron depredados durante todas las estaciones y los lobos los cazaron en parejas o en grupos.

Los restos de las presas del lobo mostraron que los jabalís se consumieron en primavera e invierno y se encontraron principalmente en mal estado (según las observaciones de los autores). Los jóvenes de un año se consumieron en invierno, mientras que los menores de un año y los lechones fueron consumidos en primavera. En otoño e invierno, el número de jabalís se gestionó a través de eliminación selectiva intensiva. Esto se tradujo en un aumento de la carroña disponible en el campo y es probable que se consumiesen ejemplares a través del carroñeo.

Los ciervos rojos, que se encontraron en una densidad relativamente baja en el área de estudio, se clasificaron en segundo lugar en cuanto a biomasa consumida por los lobos. Sin embargo, el análisis de los excrementos y de los restos de presas mostraron que el ciervo fue la presa más frecuentemente depredada por los lobos. El consumo de ciervo descendió de invierno a otoño y fue más elevado en el largo invierno de 2002/2003. Once de los ciervos rojos depredados se registraron durante ese invierno. La mayoría de los excrementos recogidos en primavera (13 de 16) contuvieron restos de ciervo y se recogieron antes del período de partos (en marzo y principios de abril), y se encontraron terneros en los restos de presas durante la primavera y el verano. Las hembras de ciervo se consumieron durante todo el año, mientras que los machos (probablemente heridos por los cazadores) se consumieron en otoño, durante y después de la época de celo y la caza.

Los lobos que cazaron en manadas más pequeñas (de cuatro a cinco miembros) prefirieron los lechones de jabalí y los ciervos jóvenes, mientras que las manadas más grandes mataron con más frecuencia ciervos de mayor tamaño.

En este estudio, el corzo fue la tercera especie de presa más importante y su consumo aumentó de invierno y primavera al otoño. La mayoría de los excrementos recogidos en primavera (cinco de seis) contuvieron restos de corzo que se recogieron antes de la época de partos (en marzo y al comienzo de abril). Al mismo tiempo, los restos de corzo fueron encontrados en invierno (tres ocasiones) y en verano (en una ocasión). El escaso consumo de muflones se produjo en la primavera y en el otoño y en el invierno de 2002/2003.

Los índices de preferencia fueron cercanos a 0 en el caso del jabalí, el ciervo, el corzo y el muflón, lo que indicó que no hubo preferencia por ninguna de estas especies.

En el estudio, el consumo de los animales domésticos fue ocasional y fue debido a la baja disponibilidad de este tipo de alimento. A pesar de que los lobos utilizaron regularmente el prado donde se encontraban los caballos, no hubo ataques registrados de los lobos a los caballos. El ganado vacuno solo apareció en la dieta en otoño, y fue atribuido al carroñeo.

El consumo de plantas no fue considerable, pero consistió en ciruelas Prunus domestica, peras Pyrus spp., endrinos Prunus spinosa, bellotas de Quercus spp., gramíneas, semillas no identificadas y agujas de pino Pinus spp. Estas últimas, casi seguro que se ingirieron accidentalmente junto con las presas. A pesar de que en este estudio los lobos emplearon un amplio espectro de alimentos, el nicho trófico estandarizado fue relativamente estrecho.

En conclusión, los principales alimentos del lobo en su regreso a una zona montañosa boscosa de NE de Hungría consistió principalmente en ungulados silvestres a lo largo de todas las estaciones. El orden de importancia de los ungulados salvajes fue el jabalí y el ciervo rojo, seguido del corzo y el muflón, más o menos en consonancia con su densidad según los datos de los cupos de caza. Sin embargo, el orden dependió en gran parte de la estación (por ejemplo, partos, disponibilidad de carroña). Los índices de preferencia cercanos a cero mostraron que los lobos no seleccionaron las especies de ungulados disponibles en gran abundancia. El consumo de ganado y otros tipos de comida no fue considerable. Según los autores, se requieren más estudios para definir si la población de lobos en Gömör – Tornai karst (a ambos lados de la frontera) o en otras partes del país, tienen un efecto sobre las poblaciones de ungulados silvestres.

REFERENCIAS

Jacobs, J. (1974). “Quantitative measurements of food selection”. Oecologia 14:413–417.

Jędrzejewska, B. and W. Jędrzejewski (1998). “Predation in vertebrate communities: the Białowieża primeval forest as a case study”. Springer, Berlin.

Journal Citation Reports (2016). Consultado el 6 de Julio de 2016. http://sauwok5.fecyt.es/admin-apps/JCR/JCR?RQ=IF_CAT_BOXPLOT&rank=1&journal=ACTA+THERIOL

Krebs, C. J. (1989). “Ecological methodology”. Harper Collins, New York.

 

Deja un comentario