Siguiendo el hilo de la temática de la anterior entrada, este artículo (aunque extenso) es destacable por el siguiente motivo: tal y como se expuso en la entrada del blog “una reflexión inevitable”, uno de los argumentos que se manejan para justificar el control poblacional del lobo es que su caza aumenta la tolerancia hacia la especie en zonas de conflicto. Este trabajo es un ejemplo de los resultados de la aplicación de esta idea en el estado de Wisconsin.
Fue publicado en la revista Environmental Conservation. En el año 2015 (aún no están disponibles los datos para el año 2016), la revista Environmental Conservation tuvo un «Factor de Impacto» de 2,235. La siguiente tabla muestra la clasificación de la revista en su categoría temática en función de este parámetro en el año 2015 (Journal Citation Reports, 2016).
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Categoría de la revista |
Total de revistas | Posición de la revista | Cuartil |
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Conservación de la Biodiversidad |
48 | 12 |
Q2 |
| Ciencias medioambientales | 225 | 90 |
Q2 |
Los autores y otros datos del artículo:
Hogberg, J., A. Treves, B. Shaw and L. Naughton-Treves (2015). «Changes in attitudes toward wolves before and after an inaugural public hunting and trapping season: early evidence from Wisconsin’s wolf range». Environmental Conservation: 1-11.
Una de las consideraciones de los autores en la introducción del trabajo, olvidada en muchos casos y obviada en otros, es la siguiente:
“La comprensión de los datos acerca de las actitudes del público tiene el potencial para guiar a los responsables políticos para implementar soluciones políticamente aceptables para equilibrar la conservación de la vida silvestre con las necesidades humanas”.
El Departamento de Recursos Naturales de Wisconsin (WDNR) puso en marcha una temporada de caza y trampeo del lobo en el invierno de 2012, lo que permitió la captura pública de lobos por primera vez desde 1957, época en la que se redujo su abundancia. Después de la exclusión del lobo de la lista federal de la Ley de Especies en Peligro de Extinción, la caza de lobos fue ordenada por la legislatura del estado de Wisconsin bajo la Ley 169, y se convirtió en ley el 2 de abril de 2012 (Wydeven et al., 2009; 2012). Los objetivos de la gestión de la caza del lobo incluyeron la reducción de la población a la meta de gestión de estado de 350 lobos (estimación en temporada baja), para reducir el conflicto con los seres humanos, y para «el mantenimiento de la tolerancia social» de la especie (WDNR, 2013).
Entre los objetivos, los autores midieron las actitudes hacia los lobos en un estudio longitudinal basado en una encuesta que se llevó a cabo tanto antes como después de la citada caza inaugural del lobo. En base a los hallazgos de anteriores estudios de actitud, los autores predijeron que las actitudes hacia los lobos y su gestión habrían cambiado desde 2009 entre los residentes de Wisconsin dentro del área de distribución del lobo. Dado que la implementación de la caza del lobo se produjo después de que los entrevistados fueran encuestados por primera vez, los autores estaban particularmente interesados en los efectos potenciales que este cambio de política habría ejercido sobre las actitudes de los cazadores.
Los autores asumieron la inviabilidad de un experimento de este tipo, por eso motivo se acercaron a las inferencias de las causas a través del antes y el después de las comparaciones de los mismos temas, en referencia a todos los residentes de Wisconsin en el área de distribución del lobo.
Debido a que pasaron cuatro años entre los estudios, los autores tuvieron un control imperfecto sobre las intervenciones (políticas o de otro tipo) que podrían haber causado cambios en los entrevistados. Los puntos del cuestionario se centraron en la caza pública y la temporada de trampeo, dado que esta intervención política fue evidente en las noticias, siguiendo el mandato legislativo de la caza inaugural del lobo. Los autores esperaron que su caza tuviese una influencia clave en el cambio de actitud en relación a los lobos y su política.
METODOLOGÍA
Una tanda de los encuestados fue muestreada por primera vez en 2001, otra tanda en 2004, y sólo aquellos miembros de ambas que vivieron en el área de distribución del lobo se volvieron a muestrear en 2009. La tanda de 2001 vivió dentro del área de distribución del lobo y se demostró que tuvieron una alta exposición a ellos. 528 miembros de la tanda inicial de 2001 estuvo formada por 67 propietarios con un pasado de ataques de lobo verificados sobre animales domésticos y 312 propietarios de los mismos condados seleccionados al azar de las listas de direcciones disponibles en el mercado; 48 cazadores de osos con ataques verificados de lobo sobre sus perros de caza y 101 miembros de la Asociación de Cazadores de Osos de Wisconsin (Wisconsin Bear Hunters Association) seleccionados al azar (Naughton-Treves et al., 2003). Se demostró que la tanda de 2004 tuvo una menor exposición a los lobos en comparación con la de 2001. Se seleccionaron al azar 1364 miembros iniciales de la tanda de 2004 de las listas de direcciones comerciales de tres códigos postales urbanos y tres códigos postales rurales. La mitad de los códigos postales estaban en el área de distribución del lobo y la mitad fuera. En 2009, todos los miembros anteriores de la tanda de 2001, y los 687 miembros de la tanda de 2004 que tenían las direcciones residenciales en el área de distribución del lobo (tres códigos postales: Butternut, Owen, and Wausau) fueron de nuevo muestreados (Treves et al., 2013).
En abril de 2013, se volvieron a muestrear todos los 736 encuestados de la última encuesta en 2009, conocidos como la tanda del área de distribución del lobo, además de todos los 575 encuestados de la encuesta de 2004, que vieron fuera de esta área. Se enviaron cuestionarios a los previamente encuestados que vivieron en el área de distribución de lobo, incluyendo una carta de presentación, pago de un incentivo de 2 US $, y un sobre de retorno postal con franqueo pagado. Se enviaron tarjetas postales como recordatorio dos semanas más tarde. A continuación, se realizó un análisis longitudinal para los encuestados que habían sido registrados en 2009.
Los autores definieron como cazadores encuestados a aquellos que confirmaron haber cazado en los últimos dos años (n = 342) o haber cazado con regularidad en cualquier otro momento de la vida (94 encuestados adicionales). La tanda del área de distribución del lobo no fue representativa de los residentes de Wisconsin por dos motivos: la muestra contenía un elevado porcentaje de los cazadores (81%) y significativamente más hombres (86%) que los representativos de la región dentro del estado. Esto fue debido a los diseños de las tandas de 2001 y 2004. La tanda de 2001 fue diseñada para sobre-representar a los cazadores de osos y a las personas con pérdidas verificadas debidas a los lobos (22%). La tanda de 2004 se sesgó hacia los hombres porque las listas de direcciones disponibles en el mercado proporciona generalmente una cabeza de familia varón (Tréveris et al., 2009). Aunque esta muestra no fue representativa, el enfoque de muestreo de los autores permitió centrarse específicamente en las actitudes hacia los lobos y la política hacia ellos de un grupo con fuertes puntos de vista de los lobos. Estos son los grupos de interés clave al considerar el comportamiento individual directo hacia los lobos, o la acción política indirecta hacia la política y la gestión estatal del lobo (Naughton-Treves et al., 2003, Treves et al., 2009).
Respuestas
En 2013, se recibieron 538 respuestas del área de distribución del lobo. 24 cuestionarios (3,2%) fueron devueltos sin respuesta, 174 (23,6%) no fueron devueltos, y 538 (73%) fueron devueltos con los datos. Sólo una de las 538 encuestas había eliminado los códigos de identidad, y 71 (13,2%) no coincidieron con el sexo y la edad del remitente inicial, para un total de 72 (13,4%) los destinatarios “no deseados” en 2013. La tasa de respuesta total fue del 84% cuando se descontaron los destinatarios a los que no se pudo entregar y los no intencionados (538 / [736-24-72]).
Los autores midieron el cambio en las actitudes en el área de distribución del lobo a lo largo del tiempo. Emplearon ambos métodos longitudinales con los residentes a quienes se pidió las mismas preguntas en 2009 y métodos transversales (cross-sectional methdos) para nuevas preguntas. Los estudios longitudinales permitieron el análisis del cambio dentro de las respuestas individuales a lo largo del tiempo, y reducir el sesgo del método de la varianza común en comparación con los estudios transversales (Donaldson y Grant-Vallone, 2002; Rindfleisch et al., 2008).
Puesta en funcionamiento de la tolerancia
En 2009 y 2013, se plantearon nueve estados que evaluaron las creencias, las emociones y las intenciones de comportamiento hacia los lobos y su gestión. Se preguntó a los encuestados que eligiesen una de cinco respuestas en una escala ordinal y asignasen las puntuaciones correspondientes para el análisis cuantitativo: muy de acuerdo (1), de acuerdo (2), neutro (3), en desacuerdo (4), muy en desacuerdo (5). Se incluyeron cuatro declaraciones negativas y cinco positivas que reflejaron creencias, emociones o intenciones. Dos declaraciones en relación a las creencias acerca de los lobos y ciervos, dos acerca de la ecología en general de los lobos, dos acerca de su caza, dos sobre emociones relacionadas con los lobos y una relacionada con el daño provocado por los lobos a los animales domésticos y las preferencias relacionadas con su gestión. Los autores combinaron aritméticamente estos nueve estados en una variable colectiva de múltiples cuestiones (collective multi-item variable), a la que se refirieron como la construcción de tolerancia, de forma similar a la construcción de tolerancia en escala (scaled tolerance construct) usada en Treves y colaboradores (2013), aunque utilizando más elementos.
La hipótesis fue que las actitudes hacia los lobos entre los residentes en el área de distribución de los lobos habrían cambiado desde 2009. Para comprobarlo, se calcularon los cambios en las respuestas a los nueve estados dentro de la construcción de tolerancia. Se restaron las puntuaciones de las respuestas de 2013 (escala de 1 a 5) de las puntuaciones de las respuestas de 2009 para cada declaración con el fin de determinar los valores de cambio individuales. Para las declaraciones negativas, se convirtieron las puntuaciones en valores negativos. Entonces se sumaron los valores de cambio para cada declaración para determinar el cambio total en la tolerancia a la variable de múltiples cuestiones por encuestado. Los valores positivos de cambio indicaron una mayor tolerancia con el tiempo y los valores negativos indicaron una menor tolerancia con el tiempo.
Los autores pusieron a prueba la fiabilidad interna de los nueve artículos en la construcción de tolerancia utilizando Cronbach’s Alpha. Dentro de la construcción de las nueve declaraciones, se comprobó el sesgo entre cazadores, el sesgo de no respuesta, y el sesgo de género mediante la prueba t de Student para dos muestras suponiendo varianzas desiguales. Se utilizó una sola muestra, la prueba t de Student bilateral (two-sided Student’s t-test) para el cambio dentro de las respuestas individuales a partir de 2009 a 2013. También se aplicó esta prueba para cada uno de los nueve estados para discernir qué declaraciones revelaron los mayores cambios a través de los individuos. Además, para evaluar si las 5 escalas de respuesta tenían estimaciones sesgadas de cambio, se examinaron las declaraciones que mostraron cambio significativo en el tiempo. Se evaluó la cantidad de subestimación restando las respuestas positivas extremas (muy de acuerdo o muy en desacuerdo con una declaración positiva o negativa, respectivamente) a partir de las respuestas positivas extremas (muy de acuerdo o muy en desacuerdo con una declaración negativa o positiva, respectivamente).
Además, se estimó el cambio en la percepción subjetiva de la tolerancia. Se preguntó a los encuestados que informasen de su tolerancia de dos formas gramaticales ligeramente diferentes. En primer lugar, en 2009, se les planteó la declaración: «Mi tolerancia hacia los lobos aumentaría si la gente pudiera darles caza”, y después en 2013 se planteó la declaración: » Mi tolerancia hacia los lobos ha aumentado desde que la gente puede darles caza”. Dado que la temporada de caza y trampeo se abrió en 2012, los autores se vieron obligados a cambiar la redacción entre 2009 y 2013. Asumieron que las dos preguntas midieron actitudes muy similares, por lo que restaron la respuesta de 2009 de la de 2013 usando la misma puntuación como en la construcción de tolerancia (1 = muy de acuerdo, 5 = muy en desacuerdo). La escala fue de -4 (hacia desacuerdo); (1-5) a 4 (hacia un acuerdo); (5-1). Restaron la respuesta de 2013 de la de 2009 para medir el cambio, donde los valores negativos indicaron una disminución en el acuerdo, y los valores positivos indicaron un aumento en el acuerdo con el tiempo, y se aplicó una sola muestra, la prueba t de Student bilateral para el cambio en respuesta individual de 2009 a 2013.
RESULTADOS
Características de la tanda en el área de distribución del lobo
El 81% de los que volvieron a ser encuestados dentro del área de distribución del lobo fueron cazadores (los encuestados que declararon “haber cazado en los últimos dos años” o haber “cazado con regularidad en cualquier otro momento de la vida”); (89 % de los varones, y el 37% de las mujeres). El 86% de los encuestados fueron hombres, y la edad media fue de 55 años. Los resultados del cuestionario de 2013 indicaron que la mayoría (66%) de los encuestados dentro del área de distribución del lobo aprobaron enérgicamente la decisión legislativa para abrir la temporada de caza y trampeo de 2012-2013, seguido por el 13% que lo aprobó ligeramente, el 9% que fueron neutrales o no supo, el 5% que mostró cierta desaprobación, y el 7% que lo desaprobó firmemente (n = 454).
La hipótesis de la tolerancia
Los autores predijeron que la tolerancia hacia los lobos cambió entre los residentes dentro de su área de distribución. Encontraron un cambio significativo desde el año 2009 dentro de las respuestas individuales a la construcción de tolerancia, lo que significó una disminución de la tolerancia. La tolerancia disminuyó desde que los encuestados dentro del área de distribución del lobo fueron muestreados previamente en el año 2009, con un cambio promedio hacia la intolerancia de -1,66. Cuando se dividieron en subgrupos con diferentes niveles de aprobación de la decisión legislativa para mantener la caza de 2012-2013, detectaron que había una disminución significativa en la tolerancia a lo largo del tiempo entre los que aprobaron enérgicamente o ligeramente la decisión de celebrar la caza. No encontraron ningún cambio significativo en la tolerancia entre aquellos que fueron neutros, parcialmente o totalmente en desacuerdo en la decisión de celebrar la caza de 2012-2013. Las nueve preguntas de la encuesta fueron internamente fiables. Encontraron moderada consistencia en la predicción del cambio individual en la respuesta a los nueve estados, lo que indicó que algunas de las preguntas mostraron más o menos cambios que los demás.
Los encuestados definidos como cazadores dentro del área de distribución del lobo mostraron significativamente menor tolerancia hacia los lobos desde 2009. No se detectaron diferencias entre los cazadores y no cazadores dentro del área de distribución del lobo para el cambio en la construcción de tolerancia. Ambos grupos mostraron una disminución similar en la tolerancia a lo largo del tiempo.
Los encuestados en el área de distribución del lobo en 2013, no difirieron significativamente en sus respuestas de los encuestados en 2009 en relación a la construcción de la tolerancia de los nueve estados.
Cuatro elementos mostraron cambios significativos en las personas de 2009 a 2013 entre los residentes dentro del área del lobo; hubo un cambio neto del 35% hacia un acuerdo con la afirmación «Matar lobos es la única manera para que dejen de amenazar los animales de granja y mascotas”; un cambio neto del 17% hacia un acuerdo con la afirmación «Creo que la creciente población de lobos de Wisconsin amenaza las oportunidades de caza del venado”; un cambio neto del 45% hacia el desacuerdo con la afirmación «Debemos dejar que la naturaleza determine el número de lobos”; y un cambio neto del 12% hacia el desacuerdo con la declaración, «yo me opondría a toda caza de lobos”.
Para evaluar si hubo algún sesgo en los cinco puntos de escalas de respuesta, se examinaron los cuatro estados que mostraron cambio significativo en el tiempo y se calculó si la escala limitó a los encuestados que desearon seleccionar una respuesta más extrema. En 2013, se observó que las respuestas negativas extremas superaron a las respuestas positivas extremas por 29-53%. Por lo tanto, es posible que se subestimase el descenso de la intolerancia reportado anteriormente.
Sesgo
Se encontró una diferencia significativa entre hombres y mujeres dentro del área de distribución de los lobos en términos de cambios en la tolerancia. El cambio medio en la intolerancia de los hombres fue -1,9. En el caso de las mujeres fue de 0,17, efectivamente cero.
Informe de la tolerancia
En 2013, cuando se preguntó acerca del informe sobre los cambios en la tolerancia desde la caza de los lobos, el 36% de los residentes encuestados dentro del área de distribución del lobo estuvo de acuerdo con la afirmación: «Mi tolerancia para los lobos en Wisconsin ha aumentado desde que la gente puede darles caza». El 27% de ellos reportó estar neutral, y el 37% no estuvo de acuerdo con la declaración. Cuando se comparó con las respuestas anteriores a la declaración similar de 2009 de los mismos individuos, “Mi tolerancia hacia los lobos en Wisconsin aumentaría si la gente pudiera darles caza”, encontraron un cambio neto (20%) hacia el desacuerdo. Los encuestados dentro del área de distribución del lobo cambiaron una media de -0,51 en una escala de -4 a +4, lo que indicó una tolerancia inferior.
INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS SEGÚN LOS AUTORES
No se encontraron pruebas de que la tolerancia individual hacia los lobos entre los residentes del área de distribución del lobo aumentase en el año siguiente a la temporada de caza y trampeo de 2012. Aunque una mayoría aprobó la decisión legislativa para mantener la caza de lobos, se detectó una reducción general en la tolerancia a lo largo del tiempo entre los hombres entrevistados que fueron cazadores en el área de distribución del lobo desde 2009.
Por el contrario, la muestra de mujeres dentro del área de distribución del lobo (n=47) no mostró ningún cambio significativo en la tolerancia. Estos resultados subrayan la importancia de incluir a las mujeres en la formulación de políticas sobre fauna y la necesidad de un mayor estudio de las percepciones y actitudes de las mujeres hacia los lobos y otros grandes carnívoros.
Los autores encontraron cambios significativos en las respuestas a las cuatro preguntas dentro de la construcción de tolerancia. Los residentes dentro del área de distribución del lobo estuvieron cada vez más de acuerdo en que los lobos deberían gestionarse, en parte a través del control letal de lobos implicados en casos de depredación, y creyeron que la población de lobos compitió con los hombres por los ciervos en Wisconsin. El apoyo al control letal fue consistente con la aprobación de la decisión de implementar la caza de lobos. En otras palabras, no hubo ninguna indicación clara de que los cazadores recién autorizados para cazar lobos adoptaran actitud más positiva hacia ellos, y mucho menos un sentido de administración para la especie.
Según los autores, las motivaciones principales para la caza y el trampeo del lobo son propensas a dar forma a los niveles de población preferidos de los cazadores y las políticas de gestión. Los cazadores motivados por el valor recreativo de la caza (por ejemplo, el desafío de la caza, las habilidades y métodos de entrenamiento, o el tiempo pasado fuera de casa), con el tiempo pueden avanzar hacia una actitud más positiva y, finalmente, la gestión de la población de la especie. Sin embargo, los cazadores de lobos que están motivados para participar en la caza por el miedo o la hostilidad, probablemente serían menos propensos a gestionar las poblaciones de grandes carnívoros.
Encontraron una cambio neto (20%) hacia el desacuerdo con la declaración: «Mi tolerancia para los lobos de Wisconsin ha aumentado desde que la gente puede darles caza” de 2009 a 2013. Ofrecieron tres posibles explicaciones para este hallazgo: (1) A pesar de que los encuestados en 2009 anticiparon que su tolerancia a los lobos aumentaría si la gente pudiera darles caza, para el año 2013 estaban insatisfechos y afectó a su tolerancia en la autoevaluación hacia los lobos. Por ejemplo, los residentes en el área de distribución de los lobos podrían haber querido una disminución en el conflicto entre lobos y humanos, una mayor o menor reducción en la población de lobos, más o menos emisión de permisos de caza, u otros eventos o efectos que pudieron tener lugar. (2) Pudo haber un sesgo cognitivo, donde los encuestados estuvieron «votando» para la caza del lobo en 2009, es decir, con la esperanza de que podrían provocar su puesta en práctica. El apoyo a la decisión de realizar la caza del lobo es consistente con esta hipótesis (la mayoría dentro del área de distribución del lobo). En 2013, los encuestados pudieron no sentir la necesidad de expresar su aprobación. (3) La teoría de la disonancia cognitiva (Festinger 1957; Olson y Stone 2005) postula que las personas buscan la coherencia en sus actitudes y creencias. Quizás los encuestados en 2009 creyeron que iban a ser más tolerantes con los lobos si había una caza pública, pero, en 2013, evitaron la disonancia seleccionando constantemente opciones que justificaron la reducción de las poblaciones de lobos.
En 2013, algunos residentes del área de distribución del lobo reportaron un aumento de su tolerancia desde que las personas fueron autorizadas para cazar lobos (36%). Estos informes fueron incompatibles con la tendencia al declive de la tolerancia que se midió, y mostraron un desacuerdo entre los informes de la tolerancia y la construcción de tolerancia múltiple. Los informes de tolerancia que entran en conflicto con las mediciones de tolerancia apuntan a la necesidad de medidas longitudinales sobre medidas transversales, especialmente si los diferentes elementos del cuestionario se comparan entre los estudios. Por otra parte, la mayoría de los encuestados no informaron de si su tolerancia había aumentado o cambiado desde la caza de lobos. No pudieron discernir si los encuestados fueron conscientes de los cambios que detectaron en sus propias respuestas anteriores, o si la pregunta del informe midió algo más que el cambio en la intolerancia.
Según los autores, unas de las limitaciones de este estudio longitudinal es que no preguntaron a los encuestados que se identificaran como residentes tribales o no tribales. Otra limitación de este estudio se debió a la diversidad de los métodos con los que los investigadores definieron y pusieron en práctica la tolerancia. Si bien el estudio definió esto como una medida compuesta de las actitudes, las creencias, las emociones y las intenciones de comportamiento, no existe un método estándar para definir o medir la tolerancia.
Pudo haber varios factores que pudieron contribuir a la disminución observada en la tolerancia a los lobos entre los hombres que vivieron en el área de distribución del lobo en Wisconsin. Estos factores incluyeron: una combinación del conflicto directo, percibido y esperado con los lobos en las comunidades del norte y el centro de Wisconsin, los polémicos cambios en la gestión del lobo durante el intervalo de muestreo para el estudio, incluyendo el oscilante estado político de los lobos (volver a poner y excluir de la Ley de Especies en Peligro de Extinción; Olson et al., 2014), la reanudación del control letal (Treves et al., 2013), y en particular la declaración y la aplicación de la caza de lobos. Además, el contexto de la aplicación de la caza del lobo (una decisión por mandato del gobierno) pudo haber tenido un efecto sobre las actitudes.
En resumen, la temporada inaugural de caza y trampeo del lobo en Wisconsin no invirtió la tendencia a la baja tolerancia a los lobos entre los residentes masculinos (predominantemente cazadores) que vivieron dentro del área de distribución de la especie.
REFERENCIAS
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Festinger, L. (1957). “A Theory of Cognitive Dissonance”. Evanston, IL, USA: Row, Peterson.
Journal Citation Reports (2016). Consultado el 15 de Septiembre de 2016. http://sauwok5.fecyt.es/adminapps/JCR/JCR?RQ=IF_CAT_BOXPLOT&rank=1&journal=ENVIRON+CONSERV
Naughton-Treves, L., R. Grossberg and A. Treves (2003). “Paying for tolerance: the impact of livestock depredation and compensation payments on rural citizens’ attitudes toward wolves”. Conservation Biology 17: 1500–1511.
Olson, E. R., J. L. Stenglein, V. Shelley, A. Rissman, Browne-Nuñez, Z. Voyle, A. P. Wydeven, A.P. and T. Van Deelen (2014). “Pendulum swings in wolf management led to conflict, ilegal kills, and a legislated wolf hunt”. Conservation Letters (in press).
Olson, J. M. and J. Stone (2005). “The influence of behavior on attitudes”. En: The Handbook of Attitudes, ed. D. Albarracin, B. T. Johnson & M. P. Zanna, pp. 223–271. Mahwah, NJ, USA: LawrenceErlbaum Associates.
Rindfleisch, A. J., A. J. Malter, S. G. Ganeson and C. Moorman (2008). “Cross-sectional versus longitudinal survey research: concepts,findings, and guidelines”. Journal of Marketing Research 45: 261– 279.
Treves, A., N. Naughton-Treves and V. Shelley (2013). “Longitudinal analysis of attitudes toward wolves”. Conservation Biology 27: 315– 323.
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Wydeven, A. P., J. Wiedenhoeft, R. N. Schultz, R. P. Thiel, R. R. Jurewicz, B. Kohn and T. R. Van Deelen (2009). “History, population growth and management of wolves in Wisconsin”. En: Recovery of Gray Wolves in the Great Lakes Region of the United States: an Endangered Species Success Story, ed. A.P. Wydeven, T.R. Van Deelen & E.H. Heske, pp. 87–106. New York, NY, USA: Springer.
Wydeven, A.P., J. Wiedenhoeft, R. N. Schultz, J. E. Bruner and S. R. Boles (2012). “Wiscons in Endangered Resources Report#143: status of the timber wolf in Wisconsin”. Bureau of Endangered Resources, Wisconsin Department for Natural Resources, Madison,WI, USA [www document]. URL http://dnr.wi.gov/ topic/Wildlifehabitat/wolf/documents/ERReport143.pdf