Los lobos y sus presas temen al «superdepredador» humano

RESUMEN

El miedo al «lobo feroz» sigue dominando gran parte del discurso público sobre los conflictos entre humanos y fauna silvestre, así como buena parte de la investigación actual sobre la ecología de los grandes carnívoros. Los estudios realizados a escala global demuestran que los humanos matan a sus presas a un ritmo mucho mayor que cualquier otro depredador. Además, experimentos recientes han mostrado que muchos mamíferos sienten un miedo innato hacia los humanos, lo que genera efectos en cascada en las comunidades animales.

En el caso del lobo (Canis lupus), los humanos son responsables de una proporción especialmente alta de muertes. Sin embargo, el miedo de los lobos hacia las personas y las consecuencias ecológicas de ese miedo no habían sido probados experimentalmente. Hasta ahora, la tendencia de los lobos a ser más nocturnos en zonas con presencia humana se había interpretado como una señal de ese temor, aunque existían explicaciones alternativas.

Para comprobarlo, los autores llevaron a cabo un experimento que evaluó directamente el miedo a los humanos en lobos y en sus presas unguladas. El estudio se desarrolló en un paisaje europeo representativo dominado por la actividad humana, utilizando cámaras-altavoces automáticas que emitían sonidos de humanos, perros o aves (estas últimas como control no depredador).

Tanto los lobos como sus presas mostraron un miedo significativo hacia los humanos. En total, se registraron 101 ensayos independientes con lobos y 225 con presas. En presencia de estímulos humanos, los animales tuvieron más del doble de probabilidades de huir (p = 0,004) y de abandonar el lugar (p < 0,001) en comparación con los controles. Además, los lobos y sus presas mostraron niveles de actividad nocturna similares, siendo todos ellos mucho más nocturnos que los humanos (p < 0,001).

Estos resultados demuestran experimentalmente que el miedo a los humanos condiciona el comportamiento de los lobos y de sus presas, confinándolos a la actividad nocturna. Con ello, se confirma la universalidad del miedo de los lobos hacia las personas y se aporta una nueva perspectiva al debate sobre el conflicto entre humanos y lobos, que deja de centrarse en la supuesta falta de temor del depredador y pasa a considerar cómo incluso los lobos temerosos pueden arriesgarse a interactuar con el “superdepredador” humano.

Los autores y otros datos del artículo:

Kasper, K., E. Say-Sallaz, M. Clinchy, N. Pallari, M. Szewczyk, M. Churski, P. Szafranska, M. Gehrke, A. Kirsch, P. Dembek, P. Bates, J. López, L. Zanette and D. P. J. Kuijper (2025). “Wolves and their prey all fear the human «super predator”. Current Biology. DOI: 10.1016/j.cub.2025.09.018

La revista Current Biology tuvo un factor de impacto en el año 2024 de 7,5 (Web of Science, 2025).

Categoría de la revista

Rango porcentual
Biología Celular

95,3%

REFERENCIAS

Web of Science (2025). Consultado el 16 de octubre de 2025. https://wos-journal.info/journalid/15188.

 

 

 

 

 

Restablecer el equilibrio: el papel del lobo en la mitigación del impacto de los híbridos jabalí-cerdo (Sus scrofa) en Salento (Apulia)

RESUMEN

La península de Salento, en Apulia (sur de Italia), es una región principalmente agrícola y urbanizada, con pocos restos de bosque que se conservan en áreas protegidas como la Reserva WWF de Le Cesine y Porto Selvaggio. Durante más de un siglo, esta zona estuvo desprovista de grandes carnívoros y de ungulados silvestres autóctonos.

A comienzos de la década de 2000, tres jabalíes (Sus scrofa) fueron introducidos ilegalmente cerca de Cesine. Estos animales se cruzaron con cerdos domésticos y se expandieron con rapidez, causando graves daños en los pastizales y praderas ricas en orquídeas. Entre 2018 y 2019 se perdieron ocho de las 38 especies de orquídeas silvestres registradas en la zona —entre ellas Ophrys apulica, Ophrys candica y Anacamptis palustris— debido al impacto del jabalí sobre el hábitat.

El lobo (Canis lupus) regresó a Salento en 2014, con reproducción confirmada en 2017, y recolonizó la reserva de Cesine en 2020. Su retorno coincidió con un notable descenso de la población de jabalíes: de unos 100 individuos en 2019 a menos de 10 a comienzos de 2025, según recuentos directos y sin que se aplicaran medidas de control humano.

Un programa de trampeo fotográfico desarrollado en Cesine entre enero de 2023 y diciembre de 2024 (732 días-trampa y 11 cámaras) mostró una caída drástica en las detecciones independientes de jabalí —de 227 a 33 eventos— y un aumento paralelo en las detecciones de lobo —de 40 a 79—.

El análisis de excrementos, realizado entre junio de 2024 y febrero de 2025 a lo largo de ocho transectos muestreados mensualmente, confirmó esta relación depredador-presa. En Cesine, 13 de 49 excrementos contenían restos de jabalí, mientras que otros mostraban restos de oveja y pequeñas presas. En cambio, en Porto Selvaggio, donde no hay jabalíes pero sí una manada estable de lobos, los excrementos (10 muestras) contenían principalmente fruta, restos de zorro, aves y micromamíferos.

Estos resultados indican que los lobos actúan actualmente como reguladores naturales eficaces de las poblaciones de jabalí en Salento. El caso ofrece un ejemplo valioso de gestión pasiva de los ecosistemas mediterráneos alterados por la actividad humana, donde el retorno de los grandes depredadores puede restablecer equilibrios ecológicos perdidos.

Los autores y otros datos:

Comuzzi, A., G. Marzano, G. Matteis, L. Frangini, M. Rugge and S. Filacorda (2025). “Restoring balance: the role of the wolf (Canis lupus) in mitigating the impact of wild boar-pig hybrids (Sus scrofa) in Salento (Apulia)”. Poster. Conference: 98th Meeting of the German Society for Mammalian Biology. DOI: 10.13140/RG.2.2.20513.67688.

 

 

 

 

 

Patrones y determinantes de la mortalidad en lobos

RESUMEN

Comprender las causas de la mortalidad es esencial para predecir cómo evolucionan las poblaciones animales, sobre todo en especies longevas que viven bajo una fuerte presión humana. Este es el caso del lobo (Canis lupus). Sin embargo, los estudios realizados a escala local solo ofrecen una visión parcial de los patrones y factores que influyen en su mortalidad.

Para obtener una perspectiva más amplia, se llevó a cabo una revisión sistemática de los estudios existentes sobre la mortalidad del lobo en todo su rango de distribución —que abarca gran parte del hemisferio norte—. El objetivo fue identificar patrones globales y posibles diferencias entre continentes. Los trabajos analizados incluían información sobre tasas de mortalidad, causas de muerte y factores tanto naturales como relacionados con la actividad humana.

A nivel global, los lobos presentaron una tasa mínima anual de mortalidad relativamente alta (0,31 ± 0,18), especialmente si se compara con las registradas en zonas con baja persecución humana (menos del 0,2). La mayoría de las muertes se relacionaban con actividades humanas, principalmente con la eliminación deliberada de ejemplares —ya fuera legal o ilegal—, que representó alrededor del 60% ± 25% del total.

En Europa, el porcentaje de muertes vinculadas a la acción humana fue incluso mayor (86% ± 14%) que en Norteamérica (66% ± 24%). Esta diferencia se explica, probablemente, por la mayor presión humana sobre el medio en Europa y por los distintos métodos de detección de cadáveres utilizados en cada continente (búsqueda oportunista en Europa frente a seguimiento de lobos con collar en Norteamérica).

Aun así, la falta de datos en regiones con escasa presencia humana —como el Ártico o las zonas desérticas— dificulta conocer con exactitud los patrones naturales de mortalidad de la especie. El análisis también reveló que múltiples factores individuales, sociales y ambientales influyen en la mortalidad del lobo. Además, la revisión a escala global permitió resolver antiguos debates en la ecología de los grandes carnívoros, al respaldar la hipótesis de que la mortalidad causada por el ser humano se suma (es aditiva) a la mortalidad natural, en lugar de sustituirla.

En conjunto, este trabajo ofrece un marco de referencia y un conjunto de datos estandarizados a nivel mundial para orientar futuras investigaciones y políticas de conservación de grandes carnívoros. Subraya, además, el alto riesgo de mortalidad que enfrentan los lobos que viven en contacto con el ser humano, un aspecto que puede pasar desapercibido a medida que las poblaciones de la especie continúan expandiéndose.

Los autores y otros datos del artículo:

Morales-González, A., H. Ruiz Villar, M. Quevedo, A. Fernández-Gil, M. Paniw and E. Revilla (2025). “Patterns and Determinants of Mortality in Grey Wolves (Canis lupus)”. Mammal Review 0: e70015.

La revista Mammal Review tuvo un factor de impacto en el año 2024 de 4,4 (Web of Science, 2025).

Categoría de la revista

Rango porcentual
Zoología

97,8%

REFERENCIAS

Web of Science (2025). Consultado el 16 de octubre de 2025. https://wos-journal.info/journalid/11549.

 

 

 

 

 

Cambio de la imagen del lobo en la conciencia pública de los polacos: la demanda de educación medioambiental

RESUMEN

La percepción que la sociedad tiene del lobo (Canis lupus) está influida por muchos mensajes distintos. Entre ellos, los más poderosos suelen ser los que repiten estereotipos antiguos, basados en fuentes poco fiables o incluso en información errónea. Como resultado, surgen numerosos conflictos entre las personas y los lobos.

Este artículo pretende destacar la importancia de la educación ambiental, en sus distintas formas, como herramienta para cambiar la visión social del lobo. La paradoja que existe en su imagen pública —a la vez temido y admirado— hace necesario promover una educación ambiental eficaz que contribuya a su protección.

Para elaborar este trabajo se utilizó un método analítico-sintético, que permitió extraer conclusiones a partir del material de investigación disponible. Entre los resultados destaca que construir una imagen positiva del lobo debe basarse siempre en datos científicos fiables. Asimismo, elegir bien los métodos y las formas educativas es fundamental para transmitir ese conocimiento a todo tipo de públicos, desde los niños más pequeños hasta los adultos.

De este modo, una educación ambiental bien orientada ayuda a formar una visión equilibrada y adecuada de uno de los depredadores clave del ecosistema forestal: el lobo.

Los autores y otros datos del artículo:

Klimski, M. and M. Gadziński (2025). “A Change in the Image of the Wolf (Canis lupus) in the Poles’ Public Awareness – the Demand for Environmental Education”. Studia Ecologiae et Bioethicae. DOI: 10.21697/seb.5866.

La revista Studia Ecologiae et Bioethicae no tiene factor de impacto en Web of Science.

 

Uso estacional de las zonas de refugio del castor americano por los lobos en el Parque Nacional de Isle Royale

RESUMEN

La elección del hábitat por parte de los animales depende de muchos factores, tanto vivos (como las presas) como no vivos (como el clima o el terreno). En el caso de los depredadores, generalmente se estudia cómo eligen sus territorios en función de su presa principal. Pero, ¿qué pasa cuando también tienen presas secundarias?; ¿Cómo cambia su comportamiento y qué efectos tiene esto en el ecosistema?.

Para responder a estas preguntas, se analizaron datos de 4 años (2018, 2020, 2021 y 2022) sobre el movimiento de lobos en relación con los refugios activos del castor americano (Castor canadensis). La hipótesis fue que los lobos ajustarían su selección de hábitat para acercarse más a los refugios de castores, especialmente durante la temporada libre de hielo. Esto tiene sentido porque, en esta época, los castores pasan más tiempo fuera de sus refugios y son más vulnerables, mientras que los alces, que son la presa principal de los lobos, se vuelven menos accesibles y más difíciles de cazar.

El estudio utilizó modelos estadísticos avanzados para analizar cómo cambiaba la elección del hábitat de los lobos cerca de los refugios activos de castores. En total, se analizaron 834 refugios de castor, distribuidos a lo largo de los cuatro años, con un claro descenso en su número: desde 395 refugios en 2018 hasta solo 168 en 2022, lo que representa una caída del 57%.

Por otro lado, se recopilaron casi 19.000 localizaciones GPS de 23 lobos (10 hembras y 13 machos) durante esos años. Los resultados mostraron que los lobos efectivamente modificaban su uso del espacio para aumentar los encuentros con los castores.

Esto confirma la importancia del castor en la dieta de los lobos durante los meses sin nieve, cuando la caza de su presa principal, el alce, es más complicada y arriesgada. En resumen, los lobos son adaptables y cambian de presa según la disponibilidad, ajustando su comportamiento para sobrevivir y mantener el equilibrio en el ecosistema.

Los autores y otros datos del artículo:

Sovie, A., M. Romanski and J. Belant (2025). “Seasonal use of American beaver lodge areas by gray wolves in Isle Royale National Park”. Scientific Reports 15. DOI: 10.1038/s41598-025-14670-0.

La revista Scientific Reports tuvo un factor de impacto en el año 2024 de 3,9 (Web of Science, 2025).

Categoría de la revista

Rango porcentual
Ciencias multidisciplinares

81,5%

REFERENCIAS

Web of Science (2025). Consultado el 4 de septiembre de 2025. https://wos-journal.info/journalid/13280.

 

 

Más allá de la economía: un nuevo modelo para la tierra, los lobos y las personas

RESUMEN

Hoy en día, muchas de las formas de uso del suelo que llamamos “sostenibles” están pensadas principalmente para el bienestar humano. Viejas minas de carbón que se transforman en lagos, campos llenos de placas solares, turbinas eólicas girando al viento, bosques de ensayo, cultivos ecológicos… Todos estos proyectos se presentan como alternativas más verdes, más limpias. Y en parte lo son.

Pero una pregunta clave rara vez se plantea: ¿Estos nuevos usos del territorio benefician también al conjunto del ecosistema, o solo a nosotros?.

Este es el punto de partida de una reflexión profunda que parte de una perspectiva poco habitual: el ecomarxismo, una corriente que analiza las relaciones entre humanos, naturaleza y economía. En lugar de separar al ser humano de su entorno, este enfoque plantea que deberíamos vernos como agentes interconectados con otras especies, como los lobos, en un mismo paisaje compartido.

Durante siglos, la convivencia entre humanos y lobos fue tratada como un problema que debía resolverse. En Alemania, esto llevó a la práctica extinción del lobo. Pero hoy, con los lobos regresando a territorios que habían sido dominados por humanos, se abre un nuevo escenario. En este contexto, el lobo se ha convertido en un símbolo de biodiversidad dentro de un paisaje que ya no es salvaje, sino cultural, moldeado por siglos de actividad humana.

Este nuevo escenario no es neutro. No afecta por igual a todos. Algunos actores humanos, como ganaderos de ovino o cazadores, se ven especialmente impactados. Pero en lugar de rechazar de plano la presencia del lobo, algunos de ellos están empezando a replantear su papel en el ecosistema. Ven su relación con la tierra —y con los animales sobre los que ejercen cierta soberanía— en términos más amplios, donde el cuidado del territorio no es solo una cuestión económica, sino también ecológica y ética.

Del otro lado, los lobos también hacen su parte. Aunque muchas veces se los percibe como una amenaza, su presencia regula poblaciones de otras especies, restaura dinámicas tróficas y aporta equilibrio a ecosistemas degradados. Sin embargo, sus aportes son frecuentemente temidos más que valorados.

La clave está en deconstruir esa amenaza percibida, que es tanto material (por ejemplo, el riesgo para el ganado) como simbólica (el lobo como figura del desorden o del salvaje que vuelve). Si aprendemos a ver al lobo no como enemigo, sino como parte activa del paisaje, abrimos la puerta a una forma de habitar más inclusiva.

El autor y otros datos del artículo:

Oelke, J. (2025). “Developing an ecology of respect: Shared land use by humans and wolves through “ecological labour” in LusatiaEntwicklung einer Ökologie des Respekts: Gemeinsame Landnutzung von Menschen und Wölfen durch ökologische Arbeit in der Lausitz”. Raumforschung und Raumordnung | Spatial Research and Planning. DOI: 10.14512/rur.3059.

La revista Raumforschung und Raumordnung | Spatial Research and Planning no tiene factor de impacto en Web of Science.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sonrisa indómita: rápido mimetismo facial en lobos en libertad

RESUMEN

Cuando dos lobos juegan, puede parecer un simple intercambio de carreras, mordiscos suaves y gruñidos. Pero detrás de esos gestos hay una comunicación sorprendentemente compleja. Comprender cómo se comunican los carnívoros sociales mientras juegan nos ayuda a entender mejor cómo evolucionaron las señales sociales en el reino animal, incluida la nuestra.

Un estudio reciente se centró en un gesto muy específico y curioso que hacen los lobos durante el juego: la “boca abierta relajada” (relaxed open-mouth, o ROM por sus siglas en inglés). Es ese gesto en el que el lobo abre la boca sin mostrar agresividad, como una especie de sonrisa lúdica. Este gesto se considera una señal ritualizada, es decir, una forma establecida de indicar que lo que viene a continuación —aunque pueda parecer agresivo— es solo un juego.

El estudio se llevó a cabo con lobos silvestres de los Apeninos (Canis lupus italicus), sin intervenir en su comportamiento natural. Para ello, los investigadores colocaron cámaras trampa en cinco zonas distintas, observando a 115 lobos en libertad. Gracias a este enfoque no invasivo, pudieron obtener datos reales y fiables, sin que la presencia humana alterara las interacciones entre los animales.

Se descubrió que los lobos usan la “boca abierta relajada” de la misma forma que los lobos en cautividad, sin importar la subespecie. Esto sugiere que se trata de un comportamiento profundamente enraizado en la evolución del lobo, no algo aprendido en contextos artificiales.

Además, los investigadores notaron que este gesto suele aparecer justo antes de comportamientos competitivos dentro del juego, como una embestida o un forcejeo. Esto respalda la idea de la metacomunicación: señales que sirven para aclarar el significado de las acciones que vienen después. En otras palabras, es como si el lobo dijera: «Lo que estoy a punto de hacer no va en serio, estamos jugando.»

Pero eso no fue todo. El estudio también documentó un fenómeno llamado “mimetismo facial rápido” (RFM). Es una respuesta automática en la que un lobo imita de forma instantánea la expresión facial de otro, como si se contagiaran de la emoción. Este tipo de comportamiento ya se había visto en perros domésticos, pero nunca antes en lobos en libertad.

Lo más interesante es que este mimetismo aparecía con más frecuencia durante los juegos más intensos y competitivos. Esto indica que podría ayudar a mantener el ambiente amistoso, incluso cuando el juego se vuelve físico. Lejos de ser una casualidad o una consecuencia de la domesticación, el RFM parece ser un rasgo natural, útil para regular las interacciones sociales en especies que, como el lobo, dependen mucho del trabajo en grupo.

Los autores y otros datos del artículo:

Maglieri, V., A. Galotti, G. alessio, L. Petroni, M. Apollonio, C. B. Boni, N. Cappai, F. Coppola, M. Del Frate, A. Di Rosso, A. Dissegna, P. Fazzi, A. Felicioli, M. Lucchesi, A. Massolo and E. Palagi (2025). “Untamed smile: rapid facial mimicry in wild wolves.” Animal Behaviour 227.

La revista Animal Behaviour tuvo un factor de impacto en el año 2024 de 2,1 (Web of Science, 2025).

Categoría de la revista

Rango porcentual
Zoología

86,7%

REFERENCIAS

Web of Science (2025). Consultado el 4 de septiembre de 2025. https://wos-journal.info/journalid/16255.

 

 

 

 

 

¿Bailando como lobos?. Evaluación de la sustitución ecológica de los depredadores apicales en el este de Norteamérica

RESUMEN

A medida que los grandes carnívoros han sido eliminados de amplias zonas del planeta, algunos carnívoros medianos, conocidos como mesopredadores, han ocupado los espacios vacíos. Este fenómeno ha sido documentado en distintas regiones del mundo, pero sigue siendo incierto hasta qué punto estos depredadores más pequeños pueden asumir el mismo papel ecológico que los grandes.

Un estudio reciente trató de responder a esta pregunta comparando la ecología alimentaria de lobos y coyotes en el este de Norteamérica. Esta es una región donde los lobos fueron eliminados hace más de un siglo y donde, en su ausencia, los coyotes han expandido su territorio de forma notable.

A través de análisis dietéticos y estudios de mortalidad de ungulados, se evaluaron las diferencias y similitudes entre ambas especies. En términos generales, los coyotes presentan una dieta más diversa que los lobos, pero esa diversidad no implica necesariamente que ocupen el mismo lugar ecológico.

Por ejemplo, los coyotes del sureste mostraron patrones alimentarios más parecidos a los del lobo rojo (extinto en estado salvaje, salvo en programas de reintroducción), mientras que los coyotes del noreste difieren más de los lobos que alguna vez dominaron esos bosques.

Una diferencia clave es el tipo de alimento consumido. Los frutos silvestres y otros productores primarios representaron entre el 25% y el 33% de la dieta del coyote, en comparación con apenas un 2% o 3% en la dieta del lobo. En cambio, especies como el castor o la nutria, presas típicas de tamaño medio, aparecen con mucha menor frecuencia en el estómago de un coyote que en el de un lobo (10–13% frente a 45%).

Además, los coyotes, por su tamaño y capacidades físicas, no suelen matar presas grandes. En los estudios revisados, no se documentó ningún caso de coyote matando a un alce, mientras que los lobos eran responsables de una porción significativa tanto de la mortalidad de crías como de adultos de esta especie.

Cuando se trata del ciervo de cola blanca (Odocoileus virginianus), los resultados muestran un patrón más matizado. En el noreste, los coyotes fueron responsables del 28% de la mortalidad de cervatillos, mientras que los lobos causaron un 15%. Sin embargo, al analizar los adultos, las cifras se equilibran: 18% a 22% de las muertes fueron atribuibles a coyotes y lobos, respectivamente. En el sureste, los coyotes causaron un 40% de la mortalidad de cervatillos, pero sólo un 6% de la de adultos.

Estos datos sugieren que, aunque los coyotes ejercen presión depredadora sobre los cervatillos, su impacto sobre los adultos y otros grandes herbívoros es limitado. El riesgo de depredación por parte de los coyotes también parece estar más concentrado en el tiempo, afectando a ciertas clases de edad y estaciones, sin los efectos indirectos más profundos que provocan los lobos al reducir activamente las poblaciones de grandes presas.

En conjunto, el estudio concluye que los coyotes tienen un efecto ecológico más amplio, en parte por su dieta variada, pero su capacidad para reemplazar funcionalmente a los lobos es limitada. Especialmente en el noreste de Norteamérica, donde grandes herbívoros como alces, castores o nutrias siguen presentes, el papel ecológico del lobo sigue sin sustituto real.

El autor y otros datos del artículo:

Jensen, A. (2025). “Dances like wolves? Evaluating ecological replacement of apex predators in eastern North America”. The Stacks. DOI: 10.60102/stacks-25011.

La revista The Stacks no tiene factor de impacto en Web of Science.

La gestión del lobo como proyecto de colonización

RESUMEN

En Estados Unidos, la hostilidad hacia los lobos por parte de sectores de la agroindustria y de amplios segmentos del público sigue siendo un fenómeno difícil de entender, al menos desde una perspectiva puramente económica. Contrario a lo que se suele afirmar, la depredación del ganado por parte de lobos representa un porcentaje mínimo de las pérdidas reales, y su impacto económico en la industria ganadera es, en términos objetivos, modesto.

Una reciente investigación propone una mirada diferente: la lógica capitalista por sí sola no basta para explicar esta animadversión. Los autores del estudio argumentan que debemos ir más allá de la economía y considerar el papel profundo y duradero del colonialismo de colonos en la configuración de la política y gestión del lobo en Estados Unidos.

El colonialismo de colonos no solo se trata de ocupar un territorio; también implica eliminar todo lo que obstaculiza su apropiación: los pueblos indígenas, sus formas de vida y, en este caso, los lobos. Ambos son vistos como elementos que impiden el control total del paisaje, tanto físico como simbólico. Así, la extinción del lobo no fue solo una estrategia ganadera, sino parte de una empresa más amplia de control y domesticación de la naturaleza.

Aunque hoy vivimos en un tiempo distinto, la lógica colonial persiste. Las políticas actuales de gestión del lobo, tanto a nivel estatal como federal, siguen reflejando ese deseo de controlar, regular y, en última instancia, restringir la presencia del lobo al mínimo tolerable. Se lo considera un animal conflictivo, no tanto por lo que hace, sino por lo que representa: lo indómito, lo que no se deja domesticar.

En este contexto, el lobo se convierte en símbolo de resistencia ecológica, al igual que lo son muchos pueblos originarios. No es casualidad que el proceso de erradicación histórica del lobo ocurriera en paralelo con el desplazamiento y genocidio de los pueblos indígenas. Ambos fueron barridos para allanar el camino a una visión particular de progreso.

Los autores del estudio concluyen proponiendo formas más justas de gestionar al lobo, que se alejen del paradigma colonial y reconozcan valores relacionales e indígenas. En lugar de ver al lobo como enemigo o problema, lo plantean como un ser con agencia, con derecho a existir, y parte de una red viva que requiere respeto, no dominación.

Los autores y otros datos del artículo:

Beggen, K. and R. York (2025). “Colonizing Canis lupus: Wolf Management as a Settler Colonial Project”. Rural Sociology 90. DOI: 10.1111/ruso.70009.

La revista Rural Sociology tuvo un factor de impacto en el año 2024 de 1,9 (Web of Science, 2025).

Categoría de la revista

Rango porcentual
Sociología

68,9%

REFERENCIAS

Web of Science (2025). Consultado el 4 de septiembre de 2025. https://wos-journal.info/journalid/22929.

 

 

 

 

 

 

 

Nuevos registros de lobos en la región de Varsovia

RESUMEN

En los últimos años, los medios de comunicación polacos han informado con frecuencia sobre avistamientos de lobos en Varsovia, lo que ha despertado tanto curiosidad como preocupación en la población urbana. Pero, ¿se trata realmente de una presencia estable o de casos aislados?.

Para responder a esta pregunta, un grupo de investigadores analizó material empírico recogido durante casi una década (2015–2024) como parte de un estudio intensivo sobre la fauna urbana. El objetivo era verificar cuántas veces se había documentado realmente la presencia del lobo (Canis lupus) en la capital polaca.

Los métodos de observación fueron rigurosos y variados. Se utilizaron cámaras trampa en 121 zonas verdes de la ciudad y sus alrededores, además de realizar rastreos sobre nieve en invierno, recorriendo más de 830 kilómetros de transectos. Esta metodología permitió una vigilancia constante de la fauna urbana, especialmente en espacios naturales de transición entre lo silvestre y lo urbano.

Los resultados fueron contundentes. Sólo se registró un lobo dentro de los límites de la ciudad, concretamente en el bosque de Kabaty, el 16 de abril de 2021. Todo indica que se trató de un individuo en desplazamiento, sin intención de establecerse en la zona. No hubo otros registros que sugirieran una presencia regular o reproductiva dentro del entorno urbano de Varsovia.

Sin embargo, la situación es distinta en los alrededores. Entre abril y septiembre de 2024, se instalaron cámaras trampa en la zona de entrenamiento militar de Rembertów, en el límite oriental de la ciudad. Allí, se documentaron lobos en tres ocasiones: el 9 de abril, el 29 de junio y el 31 de julio de 2024. La frecuencia de estas observaciones sugiere que hay una presencia más o menos permanente de manadas en esa área boscosa y poco transitada.

Los autores y otros datos:

Gryz, J., M. Jackowiak, K. Jasińska and D. Krauze-Gryz (2025). “Nowe obserwacje wilków Canis lupus w rejonie Warszawy New records of wolfs Canis lupus in Warsaw region”. Forest Research Papers / Leśne prace badawcze 85: 11-14.

La revista Forest Research Papers no tiene factor de impacto en Web of Science.