RESUMEN
El estudio analizó cómo percibe la población al lobo (Canis lupus) en la Península Superior de Michigan y qué factores influyen en que la gente apoye o no la presencia de este depredador. Los investigadores se centraron en tres aspectos: los riesgos que la gente cree que provoca el lobo, la calidad del hábitat (que sirve como indicador de dónde es más probable que ocurran interacciones entre humanos y lobos) y ciertos factores sociales y culturales.
Para ello se realizó una encuesta a 883 personas, con una tasa de respuesta del 26,9%. Los resultados mostraron que el 61,7% de los participantes apoyaba reducir la población de lobos. La mayoría vinculaba esa preferencia a preocupaciones por el ganado, el ciervo de cola blanca (Odocoileus virginianus) y la seguridad humana.
En cambio, quienes reconocían el importante papel ecológico del lobo —especialmente su función como regulador de los ecosistemas— eran menos partidarios de disminuir su número. En general, los riesgos percibidos, sobre todo los relacionados con la disminución de ciervos, tuvieron un peso muy fuerte en la formación de las actitudes.
El estudio también encontró que en las zonas donde el hábitat es más adecuado para el lobo, la población local mostraba un mayor deseo de reducir su número, probablemente porque allí es más probable que se produzcan encuentros o daños reales o percibidos. El modelo predictivo desarrollado, que combinó riesgos percibidos e idoneidad del hábitat, mostró una gran precisión (AUC = 0,94), lo que indica una alta capacidad para anticipar las actitudes sociales.
En conjunto, los hallazgos coinciden con otras investigaciones sobre la convivencia con grandes carnívoros: gestionar al lobo de forma eficaz requiere atender los problemas concretos de cada zona —como los conflictos con el ganado o la preocupación por los ciervos— y mantener un diálogo continuo con la población. Este tipo de compromiso público, especialmente en áreas rurales, es clave para generar confianza y mejorar la comprensión de la conservación del lobo.
Integrar estas preocupaciones locales dentro de políticas y estrategias de gestión más amplias puede favorecer una convivencia más estable y reducir los conflictos. En última instancia, esto contribuye tanto a la conservación a largo plazo del lobo como al bienestar de las comunidades humanas que comparten territorio con él.
Los autores y otros datos del artículo:
Riley, S., K. Kellner, M. Cross, E. Pomeranz and J. Belant (2025). “Social and ecological influences on human coexistence with gray wolves”. Conservation Science and Practice 7. DOI: 10.1111/csp2.70142.
La revista Conservation Science and Practice tuvo un factor de impacto en el año 2024 de 2,8 (Web of Science, 2025).
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Categoría de la revista |
Rango porcentual |
| Conservación de la Biodiversidad |
74% |
REFERENCIAS
Web of Science (2025). Consultado el 18 de noviembre de 2025. https://wos-journal.info/journalid/15280.